Informaciones
Psiquiátricas
2020 - n.º
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EL TERAPEUTA OCUPACIONAL COMO ACOMPAÑANTE TERAPÉUTICO
EN EL ÁMBITO DE LA SALUD MENTAL COMUNITARIA
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Freud, S. Sobre la iniciación del Tratamiento Obras Completas, tomo XII. Buenos Aires:
Amorrotu Editores; 1913.
una forma aprendida de vincularse con sus
padres, repitiendo aspectos infantiles. Este
hecho situará al terapeuta en el papel del
padre o madre en la escena terapéutica, es-
perando la persona, que el terapeuta res-
ponda como lo hacía su padre o su madre, es
decir, el terapeuta actuaría de forma com-
plementaria. En este punto distinguiremos
dos aspectos, si el terapeuta se da cuenta
de que la persona está en transferencia con
él y decide utilizar esta transferencia como
herramienta de trabajo complementando a
la persona (requiere de un dominio muy im-
portante de la técnica) o si decide no com-
plementarla no entrando en la escena que
propone la persona.
O por contra, si el terapeuta no se da
cuenta de que la persona está en transferen-
cia, aparece el peligro de complementar de
forma inconsciente y sin ninguna intención
terapéutica. La cual cosa puede complicar
la intervención y dificultar el cambio en la
persona.
Por otro lado, la contratransferencia, hace
referencia a todas aquellas reacciones que la
persona despierta en el terapeuta. Para po-
der detectarlo es importante que el mismo
terapeuta haya hecho un análisis personal,
ya que si no es así no se dará cuenta de
lo que le está sucediendo cuando atiende
a algunas personas. Por ejemplo, son sen-
saciones y pensamientos que aparecen en
la mente del terapeuta durante la interven-
ción como: una persona que provoca recha-
zo, cansancio, agotamiento al escucharla,
pena, culpa o, por el contrario, excesiva
protección, excesiva permisividad, no poner
límites, etc.
Es importante aprender a detectar estos
dos fenómenos para que la intervención se
mantenga al margen de confusiones perso-
nales, para que ningún contenido personal
interfiera en la relación persona-terapeuta
ocupacional. Se ha de tener en considera-
ción que la persona, cuando está en transfe-
rencia, dirige sus actuaciones respecto a lo
que representamos como profesionales y no
al terapeuta como persona. Es básico tener
este hecho en cuenta ya que de lo contra-
rio el profesional puede sentirse en muchas
ocasiones herido, cuestionado y, sobre todo,
contrariado, hecho que influiría muy negati-
vamente sobre la intervención terapéutica.
El Vínculo
Freud, en 1913, al responder a la pregun-
ta de en qué momento intervenir, escribió
“Nunca antes de haberse establecido en el
paciente una transferencia utilizable, un rap-
port en toda regla con nosotros. La primera
finalidad del tratamiento es siempre ligar al
paciente a la cura y a la persona del médico.
Por eso no hay más que dejarle tiempo. Si
le demostramos un serio interés, apartamos
cuidadosamente las primeras resistencias y
evitamos ser poco cuidadosos, el paciente
establece enseguida, espontáneamente, tal
enlace"
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Es por eso, que el proceso terapéutico más
efectivo pasa por la calidad del vínculo que
consiguen la persona y el terapeuta.
El vínculo o la alianza terapéutica es una
manera de escuchar y de estar con la persona
durante la intervención. Se ha de escuchar