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Informaciones

Psiquiátricas

2020 - n.º

242

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EL TERAPEUTA OCUPACIONAL COMO ACOMPAÑANTE TERAPÉUTICO

EN EL ÁMBITO DE LA SALUD MENTAL COMUNITARIA

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Freud, S. Sobre la iniciación del Tratamiento Obras Completas, tomo XII. Buenos Aires:

Amorrotu Editores; 1913.

una forma aprendida de vincularse con sus

padres, repitiendo aspectos infantiles. Este

hecho situará al terapeuta en el papel del

padre o madre en la escena terapéutica, es-

perando la persona, que el terapeuta res-

ponda como lo hacía su padre o su madre, es

decir, el terapeuta actuaría de forma com-

plementaria. En este punto distinguiremos

dos aspectos, si el terapeuta se da cuenta

de que la persona está en transferencia con

él y decide utilizar esta transferencia como

herramienta de trabajo complementando a

la persona (requiere de un dominio muy im-

portante de la técnica) o si decide no com-

plementarla no entrando en la escena que

propone la persona.

O por contra, si el terapeuta no se da

cuenta de que la persona está en transferen-

cia, aparece el peligro de complementar de

forma inconsciente y sin ninguna intención

terapéutica. La cual cosa puede complicar

la intervención y dificultar el cambio en la

persona.

Por otro lado, la contratransferencia, hace

referencia a todas aquellas reacciones que la

persona despierta en el terapeuta. Para po-

der detectarlo es importante que el mismo

terapeuta haya hecho un análisis personal,

ya que si no es así no se dará cuenta de

lo que le está sucediendo cuando atiende

a algunas personas. Por ejemplo, son sen-

saciones y pensamientos que aparecen en

la mente del terapeuta durante la interven-

ción como: una persona que provoca recha-

zo, cansancio, agotamiento al escucharla,

pena, culpa o, por el contrario, excesiva

protección, excesiva permisividad, no poner

límites, etc.

Es importante aprender a detectar estos

dos fenómenos para que la intervención se

mantenga al margen de confusiones perso-

nales, para que ningún contenido personal

interfiera en la relación persona-terapeuta

ocupacional. Se ha de tener en considera-

ción que la persona, cuando está en transfe-

rencia, dirige sus actuaciones respecto a lo

que representamos como profesionales y no

al terapeuta como persona. Es básico tener

este hecho en cuenta ya que de lo contra-

rio el profesional puede sentirse en muchas

ocasiones herido, cuestionado y, sobre todo,

contrariado, hecho que influiría muy negati-

vamente sobre la intervención terapéutica.

El Vínculo

Freud, en 1913, al responder a la pregun-

ta de en qué momento intervenir, escribió

“Nunca antes de haberse establecido en el

paciente una transferencia utilizable, un rap-

port en toda regla con nosotros. La primera

finalidad del tratamiento es siempre ligar al

paciente a la cura y a la persona del médico.

Por eso no hay más que dejarle tiempo. Si

le demostramos un serio interés, apartamos

cuidadosamente las primeras resistencias y

evitamos ser poco cuidadosos, el paciente

establece enseguida, espontáneamente, tal

enlace"

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Es por eso, que el proceso terapéutico más

efectivo pasa por la calidad del vínculo que

consiguen la persona y el terapeuta.

El vínculo o la alianza terapéutica es una

manera de escuchar y de estar con la persona

durante la intervención. Se ha de escuchar