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Informaciones

Psiquiátricas

2020 - n.º

241

Elementos a tener en cuenta en

la gestión del clima emocional

del GMF

La construcción de un espacio grupal mul-

tifamiliar es un proceso dinámico. En gene-

ral los inicios de cualquier grupo terapéutico

son complejos y costosos. Especialmente si

se quiere crear una estructura sólida y de

tratamiento continuado que facilite la aco-

gida de las familias. Sabemos que la utilidad

psicoterapéutica y la significación clínica,

que tanto el paciente como los familiares

atribuyan al grupo, determinará la continui-

dad de asistencia al espacio grupal. En este

caso, hay que tener en cuenta tanto las difi-

cultades de vinculación propias de los jóve-

nes con un trastorno psicótico inicial como

la complejidad de las dinámicas del núcleo

familiar (31).

En la construcción y el desarrollo del GMF

hemos puesto mucho énfasis en la gestión

de los elementos que regulan el

clima emo-

cional

, que como sabemos, es uno de los

factores que más contribuye a los cambios

psíquicos y vinculares (32). Un clima emo-

cional grupal adecuado, rebaja la angustia y

permite la fluidez de la comunicación entre

los miembros. Nuestro tratamiento grupal se

adapta a las necesidades emocionales del jo-

ven y la familia, y tiene en cuenta la fase del

proceso psicótico en el que se encuentran.

La primera cuestión que nos planteamos

para crear un buen clima emocional, fue la

idea de que el

setting

grupal significara un

espacio acogedor y contenedor que genera-

ra seguridad

psíquica o afectiva

(33). Desde

el inicio, pusimos nuestro empeño en que

el paciente se sintiera cómodo y seguro,

evitando así la sensación de extrañeza tan

recurrente en las etapas iniciales de la psi-

cosis. Al mismo tiempo, insistimos en desa-

rrollar un clima grupal que permitiera tanto

al paciente como al resto de la familia por

igual, mostrar su

individualidad

, es decir, su

identidad con sus fragilidades y sus fortale-

zas (34,35).

Desde del principio, en las sesiones multi-

familiares hemos introducido las normas de

comunicación y funcionamiento básicas que

se mencionan habitualmente en la mayoría

de grupos de terapia, como son:

la confiden-

cialidad, el respeto, la libertad, y el no juz-

gar al otro

. Pero en el modelo multifamiliar

aplicado a la psicosis incipiente, trabajar a

fondo estas reglas de relación subyacentes

a todo encuentro relacional sano, tiene una

especial relevancia. En las personas que pa-

decen un trastorno psicótico, estas reglas

de comunicación no son tan claras y pueden

conducir a la confusión y al daño de los vín-

culos familiares. En los siguientes apartados

profundizaremos en cada una de estas reglas

de comunicación, y explicaremos cómo se

han trabajado en nuestro GMF.

En cuanto a la

confidencialidad

, en el gru-

po se establece una confianza básica donde

hay un compromiso por parte de cada miem-

bro en escuchar al otro y en mantener la in-

timidad del contenido personal que trae a la

sesión. Es primordial conseguir una relación

de confianza entre los miembros y también

con el propio equipo terapéutico. Como ya

sabemos, en la psicosis incipiente el punto

de partida de las relaciones interpersonales

es habitualmente la desconfianza, tal y como

se expresa a través de la clínica paranoide

en el paciente, y en ocasiones, también en

otros miembros de la familia (36,37). Por

esta razón fomentar vínculos de confianza

en el grupo será necesario y resultará en sí

mismo terapéutico.

En relación al

respeto

en la comunicación

interpersonal, insistimos en que la psicote-

rapia multifamiliar ha de ser una

experien-

cia positiva y reparadora

. Se ha observado

Anna Sala Estrada