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Informaciones
Psiquiátricas
2020 - n.º
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el sentido del grupo no era discutir acerca
de su diagnóstico sino conocer que le había
pasado en su vida y de que forma le había
afectado. Con esta mirada más centrada en
la persona y sus necesidades, y menos en
la etiqueta diagnóstica, se pudo abordar
el daño emocional que había sufrido Mario
desde que su madre le abandonó, la fría re-
lación que había nacido entre él y su padre
y la necesidad de afecto entre los dos. En
una de las sesiones a las que acudieron, Ma-
rio expresó el deseo de reanudar la relación
con su madre. En este momento, a través
de una intervención estructural del Equipo
Terapéutico, se facilitó que otra madre del
grupo se sentara al lado de Mario y Ramón
y expresara su opinión al respecto. Habló
desde su propia experiencia y dio soporte a
Mario en la decisión de recuperar el vínculo
con su madre.
Cambios
Este hecho, que sucedió en el espacio
psicoterapéutico, facilitó que el padre pu-
diera entender mejor las necesidades afec-
tivas y la decisión de su hijo. En este caso,
se estructuraron tanto a un nivel simbólico
como real los vínculos familiares de Mario,
pudiendo ser incluido el rol maternal que,
aunque disfuncional por la patología de la
madre, fue recuperado parcialmente reto-
mando la relación con el hijo. La mejora de
los vínculos familiares tuvo un impacto muy
positivo en la estabilización de la clínica
psicótica, sobretodo en la organización del
pensamiento de Mario. Ahora presentaba un
discurso mucho más centrado en la realidad,
más organizado, con un ánimo más adecua-
do y menos expansivo. Mejoró el vínculo con
su padre, pudo encontrar trabajo y empezar
una relación de pareja que a día de hoy man-
tiene. Dejó de consumir THC y otros tóxicos.
Aprendizajes en la familia y
los demás integrantes del GMF
En la intervención en el GMF se observa:
en primer lugar, cómo la vinculación del pa-
dre al grupo favorece la vinculación poste-
rior del hijo al tratamiento multifamiliar. En
segundo lugar, podemos ver como la libertad
de expresión del hijo respecto a su identidad
posterior a un primer brote psicótico “no soy
un esquizofrénico” y el desacuerdo con la
etiqueta diagnostica, se puede expresar en
el grupo de una forma abierta y libre. Debido
a que no se trata de un enfoque grupal psi-
coeducativo, sino que nuestro GMF tiene una
mirada hacía la persona y sus necesidades
afectivas, psíquicas y de relación. Finalmen-
te, cuando el hijo expresa la demanda de rei-
niciar el contacto con su madre, se evidencia
el conflicto de lealtades y la triangulación
a la que se ve sometido. En el grupo vemos
que esta dinámica se desbloquea cuando
otro integrante se identifica en el mismo rol
familiar de la persona que en este caso está
ausente (la madre), y actúa des del mismo
rol, aportando una perspectiva distinta. En
cuanto al impacto de los hechos grupales
en el resto de miembros del grupo, en esta
sesión, se revisaron de manera indirecta los
roles familiares y la calidad de los vínculos
paterno-filiales en este caso centrados en
aspectos de duelo y perdida y también de
recuperación y reparación.
Anna Sala Estrada