Informaciones
Psiquiátricas
2018 - n.º
234
55
de este tipo de programa son escasos, hecho
que hace que, aparentemente, este tipo de
programa (estructurado y de corta duración)
sea adecuado para este tipo de población.
Se ha planteado que existen varios com-
ponentes implicados en los beneficios de la
práctica de Mindfulness (30), si bien los es-
tudios específicos sobre la aplicación de es-
tas estrategias sobre los cuidadores todavía
no se han enfocado en desgranar cuál es la
relación entre los mecanismos de cambio de
Mindfulness y los resultados obtenidos sobre
los cuidadores. Se postulan, a continuación,
algunas posibles relaciones:
Por un lado, la práctica de Mindfulness se
basa en un entrenamiento atencional. Ade-
más de los cambios observados en atención
sostenida, selectiva y ejecutiva, parece que
el desarrollo de las capacidades atenciona-
les tiene implicaciones para la mejora del
funcionamiento psicológico por la disminu-
ción de la divagación mental. Puesto que
los recursos de procesamiento atencional
son reducidos, el hecho de que la práctica
de Mindfulness reduzca el procesamiento
excesivamente elaborativo de los estímulos
negativos permite al individuo seleccionar y
ejecutar respuestas más óptimas a las con-
tingencias ambientales. Además, se ha ob-
servado que sujetos con mayor capacidad
en memoria de trabajo sufren menos pen-
samientos emocionales intrusivos, y tienen
más éxito en suprimir emociones positivas
y negativas; la memoria de trabajo, lejos de
ser una capacidad inmutable del individuo,
puede experimentar variaciones tras IBM
(31). Al mejorar el control atencional de los
cuidadores, éstos pueden reenfocar más fá-
cilmente su atención al momento presente,
disminuyendo las frecuentes rumiaciones so-
bre el pasado (origen de la sintomatología
depresiva) y el futuro (origen de la sintoma-
tología de ansiedad).
Por otro lado, los programas de Mindfulness
implican una mayor capacidad de regulación
emocional. Se ha observado que la práctica
de Mindfulness produce cambios en el pro-
cesamiento automático de las emociones
(menor apego a las emociones desagrada-
bles y mayor experimentación de emociones
agradables, tanto por un aumento del afecto
positivo en sí como por reelaboración posi-
tiva de acontecimientos estresantes). Dado
que los familiares cuidadores se encuentran
constantemente expuestos a situaciones es-
tresantes, este cambio en el procesamiento
emocional puede ser beneficioso, promo-
viendo un aumento en el afecto positivo y
disminuyendo el malestar provocado por la
mayor presencia de emociones desagradables
de esta población (32).
La práctica fundamental de Mindfulness
implica la observación de los procesos men-
tales propios con actitud de aceptación y
curiosidad, desarrollando la capacidad de
descentramiento, es decir, la capacidad de
observar los propios estados de manera dis-
tanciada o metacognitiva (33). Esta capaci-
dad implica que los pensamientos sean en-
tendidos como eventos mentales y no como
copias literales de la realidad. Esta visión
no apegada del yo implica una disminución
en la fijación de las ideas, así como menor
presión interna para obtener, mantener o
evitar las circunstancias o experiencias pro-
pias, que muchas veces están detrás de las
estrategias de afrontamiento poco adaptati-
vas utilizadas ante experiencias desagrada-
bles. Los cuidadores familiares de pacientes
pueden verse anclados en el pasado (revisión
constante tanto de la sintomatología que
padeció anteriormente su familiar, de las ac-
titudes y comportamientos previos tanto del
paciente como de ellos mismos, juicio ne-
gativo de las situaciones previas etc…) y/o
en anticipaciones sobre el futuro (sobre si
PROGRAMAS DE INTERVENCIÓN BASADOS EN MINDFULNESS:
¿POR QUÉ UTILIZARLOS CON CUIDADORES?