Informaciones
Psiquiátricas
2016 - n.º 224
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es la música. Se trata de un recurso que per-
mite abordar un contraste, una correlación o
bien un concepto en común. Esta puesta en
escena previa destensa el ambiente y fomenta
una mayor implicación en el posterior debate
del día.
Los temas que se tratan tienen que ver con
situaciones cotidianas: la merienda, la higie-
ne personal, la radio, la correspondencia…El
debate está profusamente documentado con
referencias audiovisuales para fomentar la
puesta en común y enriquecer les testimonios.
Asimismo, al disponer de herramientas audio-
visuales incluso se puede profundizar en uno u
otro aspecto a partir de una primera idea apa-
recida en la sala, improvisando “un tirar del
hilo” que se lleva a cabo con la participación
de todos los congregados.
Utilizar los recuerdos activa la memoria. Se
provocan enlaces entre lo que un dinamiza-
dor expone y lo que los asistentes – desde el
razonamiento y la emoción – perciben y, en
consecuencia, expresan. Los recuerdos actúan
como buscadores dentro de la mente y el cora-
zón, que no se paran hasta localizar aquellos
instantes que se materializan en palabras que,
una vez verbalizadas, dejan sobre la mesa un
comentario que se comparte.
Este modelo de trabajo favorece la recu-
peración del pasado, tanto a nivel individual
como colectivo, y permite revivir experiencias
cotidianas, ya que es un campo del cual todo
el mundo puede participar y, en cierta forma,
provoca volver a vivir, ver, sentir, oler,…En
definitiva, se ejercita la memoria, al mismo
tiempo que se ponen en marcha las capaci-
dades emocionales/psicosociales, funcionales,
motoras y cognitivas.
Además, como se reconstruyen costumbres
y hábitos conjuntamente con los demás, se
aporta la propia experiencia y se recibe la de
los demás. Se toma consciencia de grupo o
de colectivo de personas que han vivido una
historia similar…Así, se comparte un tiempo,
se ponen en común situaciones personales se-
mejantes, se evidencia que se tienen edades
parecidas…y al fin y al cabo, y al mismo tiem-
po, se hace evidente que también se cuenta
con historias de vida diferentes, apareciendo
también el concepto de singularidad.
Estas reconstrucciones de la cotidianidad se
espera que aporten una mejora en la autoesti-
ma, al ver reconocido el testimonio propio en
el de los demás; una dignificación de la etapa
de la vejez, otorgando importancia y validez a
los recuerdos; un sentido de pertenencia a una
historia colectiva, dado que todos y todas han
vivido una misma época, aunque de formas
distintas, y un espacio a partir del cual mos-
trar las propias vivencias a los demás, dejando
de ser personas anónimas para ser personas
con nombre propio.
A través de esta tarea se trabajan distintas
áreas de capacidad que contribuyen a con-
templar a la persona desde un punto de vista
holístico: a nivel cognitivo, funcional motor y
emocional. En el área de capacidad cognitiva
se incluye la memoria (inmediata, reciente,
remota), la orientación, el lenguaje, la aten-
ción, la concentración y el razonamiento. En
el área de capacidad funcional se reúnen las
denominadas actividades básicas de la vida
diaria y las funcionales. El área de capacidad
motora comprende todo lo que es movimien-
to o psicomotricidad, y el área de capacidad
emocional y psicosocial se mueve en torno
a las emociones y los sentimientos, siempre
desde la afectividad, el tiempo de ocio, los
intereses, las aficiones, la familia y la vida so-
cial.
Como resultado del trabajo diario se lleva a
cabo una especie de cuaderno de bitácora que
permite ir captando la evolución del grupo y
contar con un legado colectivo suficientemen-
te identificador de una serie de vivencias y,
por extensión, de una época.
LA CAPACIDAD DE EXPRESIÓN: UN ESTÍMULO VISIBLE A TRAVÉS DE QUIEN ESCUCHA