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Informaciones
Psiquiátricas
2016 - n.º 224
Pablo A. Gallardo Schall / Romeo E. Rivas Espinoza
Allen y col. incluyeron 92 residentes con
deterioro cognitivo moderado-severo (MMSE
13.81) durante 4 semanas, los residentes de
la intervención pasaron menos tiempo inac-
tivos. Y el uso de opioides se asoció a un
mayor tiempo en interacción verbal. (29) Sin
embargo a pesar de evaluar la conducta, y
tener un tamaño de muestra adecuado, no
hay observaciones sobre efectos en agita-
ción, agresividad o síntomas afectivos. Pero
al tener un menor tiempo de inactividad y
actividades con propósito se podría reducir
el vagabundeo, que tampoco fue evaluado
en dicho estudio. Otro estudio observacio-
nal es el realizado por Douzjian, aunque el
tamaño muestral es pequeño, se obtuvo un
beneficio en el uso de paracetamol, el cual
permitió la reducción en el uso de medica-
ción psicotrópica en 5 de los 8 pacientes tra-
tados, en un periodo de 6 meses. (27)
De los ensayos controlados aleatorizados
de grupos paralelos, los que muestran algún
grado de eficacia en el control de síntomas
conductuales luego de tratamiento analgési-
co incluyen el realizado por Manfredi (2003),
quien concluyó que el grupo de mayores de
84 años (n=13) con deterioro cognitivo se-
vero (MMSE= 6), en tratamiento analgésico
opioide, presentó menor agitación (-6.4 en
el CMAI), luego del ajuste del factor de se-
dación. (30)
Se encuentran resultados controversiales
como el ECA realizado por Kobach (n=26),
con intervención seriada, quien demostró
que se presenta mejoría en el dolor luego de
la intervención (medicación analgésica, me-
didas no farmacológicas no especificadas),
pero sin variación en los síntomas conduc-
tuales en la escala BEHAVE-AD pero sí en la
escala visual análoga, por lo que no se pue-
de concluir un efecto claro. (32)
Respecto a los ensayos controlados cru-
zados, el realizado por Chibnall (2005) en
25 pacientes con demencia moderada-severa
(FAST 5-6), durante 2 meses, se observó que
en la fase analgésica hubo mayor interacción
social, sin embargo no hubo efectos en la
agitación ( sin variación en el CMAI), bien-
estar emocional ni el uso de psicofármacos,
por lo que no encuentra ninguna eficacia en
el control de síntomas conductuales asocia-
dos a demencia, es de resaltar que el tamaño
de muestra es pequeño y no se utilizó nin-
gún instrumento para evaluar el dolor. (31)
El ECA con mayor tamaño muestral (352
pacientes > 65 a. con MMSE 7.5) realizado
por Husebo, durante 8 semanas, siguiendo
un protocolo paso a paso, utilizando opioi-
des, analgésicos no opioides y adyuvantes,
demuestra una reducción en agitación medi-
da por el CMAI, y en la severidad de sínto-
mas neuropsiquiátricos medido por el NSI, y
también beneficio en el dolor, pero sin efec-
to en AVD ni función cognitiva. Además en
los análisis secundarios, también se observó
efectos en agitación verbal, agresión verbal,
inquietud y vagabundeo, en síntomas afec-
tivos como depresión, apatía, alteración del
apetito, pero no hubo mejoría significativa
en irritabilidad ni ansiedad. (5, 33, 35)
Finalmente, todos los estudios y ECA’s
muestran resultados controversiales en la
eficacia del control de síntomas conductua-
les y psicológicos asociados a demencia. Sin
embargo todos los mencionados implican el
uso de medidas analgésicas farmacológicas.
Respecto a ECA’s que hayan utilizado tanto
medidas farmacológicas y no farmacológicas
para el dolor y síntomas conductuales, se
cita el realizado por Chapman y Toseland, en
el cual al grupo de intervención se aplica-
ron Advanced Illness care teams (AICT) en
4 áreas (médico, psicológico, conductual y
actividades con significado), esta interven-
ción multidisciplinaria permitió reducir el
dolor y agitación en pacientes con demencia