Informaciones
Psiquiátricas
2016 - n.º 226
149
Propósitos para una política
de drogas
Está claro que los propósitos que debiera
tener una nueva política de drogas debería
ser proteger y mejorar la salud pública, re-
ducir la delincuencia, corrupción y violencia,
incrementar la seguridad y el desarrollo, pro-
teger a los jóvenes y a los grupos más vul-
nerables, basar las políticas en evidencias,
producir la mejor relación costo-beneficio y
proteger y respetar los derechos humanos.
En la figura 2 se ilustran las diferencia
sustanciales que hay entre la política de
drogas actual y la que debiera existir. Así,
las políticas públicas actuales se basan en
el concepto de salud social, la prevención
y la reducción de daños, pero también en
la represión. Las nuevas políticas públicas
está claro que deberán mantener el concepto
de salud social, prevención y reducción de
daños, pero deberán desechar la represión
para reemplazarla por la seguridad y la re-
glamentación.
Pero lo que más destaca al comparar la
política de drogas actual y la que hay que
promover es que los convenios dejarán de
ser los máximos referentes: serán los dere-
chos humanos los que ocuparán su lugar en
la cúspide.
Políticas de drogas: alternativas
Sería una ingenuidad negar que el lucro es
siempre un factor de incremento de riesgos.
En este sentido, la historia de la producción,
distribución y venta de alcohol y tabaco está
llena de ejemplos de que muchas cosas se
hicieron mal. Cabe tenerlo en cuenta, por-
que si bien para el cannabis estos riesgos
por lucro pueden parecer menores, no son
despreciables. La plataforma Transform www.
tdpf.org.uk, que promueve el control de las
drogas, en 2012 hizo público el estudio “Ter-
minando la guerra contra las drogas” en el
que se dirimen estos problemas.
En la figura 3 se ve claramente cómo las
políticas de regulación del cannabis por un
lado y la del tabaco y alcohol por el otro
tienden -o debieran tender- a confluir en
una política de regulación legal equidistan-
te tanto de la prohibición ultra cuanto de
la promoción comercial y el afán de lucro.
Ambos extremos están marcados por la ma-
yor incidencia de daños sociales y de la sa-
lud. Este espectro de políticas sobre drogas
que aquí se esquematiza incluye también
propuestas algo más matizadas y pero toda-
vía deletéreas, como son la prohibición con
reducción de daños y despenalización y, al
otro lado, la regulación leve del mercado.
Hay que resaltar que la regulación legal es,
en política de drogas, la alternativa que ga-
rantiza menos daños sociales y de salud.
APORTACIONES DE LA REDUCCIÓN DE RIESGOS Y DAÑOS EN UN CONTEXTO DE REGULACIÓN
