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Informaciones
Psiquiátricas
2016 - n.º 226
Hacia una nueva política
de drogas
La nueva política pública en el ámbito de
las drogas tiene que responder a las necesi-
dades sociales de ser partícipes y protago-
nistas del diseño de aquello que nos afecta
y es por eso que apostamos por una política
pública participativa y participada con to-
dos los actores implicados en el proceso. Se
propone la creación de una entidad pública e
independiente de referencia y un órgano de
evaluación y monitoreo que tendría carácter
técnico y estaría conformado por personal
especializado en la evaluación y monitoreo
de políticas. Tendría carácter independien-
te y emitiría informes anuales evaluando el
proceso de implementación de la regulación
integral del cannabis. Se propone que esté
bajo el paraguas del Ministerio de Asuntos
Sociales.
Para conseguir esta reforma integral esta-
mos trabajando en incidir políticamente a
diferentes niveles: municipal, territorial o
autonómico y estatal. La respuesta integral
vendrá de la reforma de leyes y del impul-
so de la política pública desde el gobierno
central. Con todo, hay experiencias intere-
santes que se estan desarrollando a otros
niveles como la Ley foral reguladora de los
colectivos de usuarios de cannabis en Na-
varra o la Iniciativa Legislativa Popular “La
Rosa Verda” en Cataluña. En ambos casos se
promueven leyes para regular la actividad de
las asociaciones cannábicas en sus respec-
tivos territorios. De igual importancia son
algunos procesos de regulación municipal
que se han ido produciendo en diferentes
ciudades españolas.
Nuestros retos ahora mismo se concretan
en seguir mejorando y adaptando nuestro
modelo a los avances sociales. Reclamamos
a las instituciones unas nuevas políticas
participativas y participadas. Nosotros no
estamos aquí sólo para regular el cannabis,
queremos ser partícipes de todo el diseño,
queremos acabar con la prohibición, que-
remos un gobierno que integre la sociedad
civil en sus acciones para hacerla correspon-
sable de todo el proceso.
El cannabis nos da una oportunidad po-
lítica, ya que ahora, además, está en un
momento histórico. Queremos empoderar la
sociedad, queremos hacerla más libre y más
crítica.
Para terminar, una última reflexión: lleva-
mos años y años dedicando muchos esfuer-
zos en reducir los riesgos de una sustancia
pero no nos damos cuenta de que la prohi-
bición genera sus propios daños y riesgos
y que estos riesgos se están consiguiendo
aminorar gracias al modelo de los clubs
sociales de cannabis creado por las perso-
nas usuarias. Enumeremos algunos de estos
efectos positivos y de reducción de daños
que los clubs sociales de cannabis demues-
tran generar:
-
Sacamos a la persona usuaria de la clan-
destinidad
-
Rompemos con el estigma asociado al
consumo
-
Reducimos el mercado ilícito
-
Promovemos la participación y el asocia-
cionismo
-
Controles de calidad (no adulteración)
-
Formación entre iguales
-
Generamos empleo
-
Damos una solución a las personas que
usan cannabis como medicamento
-
Métodos de consumo de menos riesgo y
acompañamiento al consumo
-
Reducimos los riesgos de acoso policial
-
Reducimos el consumo en la vía pública
-
Reducimos el acceso a menores
Las asociaciones cannábicas proporcionan
una solución social a una responsabilidad
Patricia Amiguet
