INFORMACIONES PSIQUIÁTRICAS 226 - page 161

Informaciones
Psiquiátricas
2016 - n.º 226
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prácticamente veinte años, del porcentaje
de THC en muestras de marihuana. Obsérvese
que en la década actual estamos asistiendo a
una aceleración de dicho incremento.
La figura 2, debida a Energy Control (2) /
ABD (Análisis químico de muestras de can-
nabis en España – Informe 2015), abunda
en estos datos de incremento de la potencia
del cannabis e ilustra sobre los rangos de
porcentaje de THC en un notable número de
muestras.
Dicha edición de 2015 del Informe de
Energy Control (2) incluye la figura 3, en
donde se observa claramente la evolución de
la presencia de CBD en muestras de marihua-
na y hachís, con mayor incremento de este
cannabinoide en marihuana desde 2014.
Cuando hablamos de cannabis solemos re-
ferirnos especialmente a los efectos de su
consumo. De entrada hay que decir que son
muy variables entre personas y dependen de
diferentes factores como la dosis, el conteni-
do de THC, la proporción THC/CBD, la forma
de administración, los aspectos individuales
como la personalidad, las expectativas y las
experiencias previas, y el contexto en que se
consume. Es importante sentar que el con-
sumo de cannabis produce generalmente un
efecto bifásico. Significa que suele darse una
secuencia con una primera fase de estimula-
ción y una segunda fase en que predomina la
sedación. La fase de estimulación incluye eu-
foria y bienestar y la agudización de las per-
cepciones visual, auditiva y táctil, así como
una ligera distorsión del espacio y el tiempo.
Hay risa fácil, locuacidad y aumento del ape-
tito. Y puede haber ansiedad. En la fase pre-
dominantemente de sedación se experimenta
relajación, somnolencia o sueño. En paralelo,
es decir, en ambas fases, existe alteración de
la memoria reciente, dificultad en la capa-
cidad de concentración y disminución de la
atención y la coordinación psicomotriz.
2. Situación internacional
actual
Vayamos ahora a analizar las tendencias
observables en el consumo de cannabis des-
de una perspectiva global. El cannabis es la
droga ilegal más consumida del mundo. En
2013, por ejemplo, se estima que 232 mi-
llones de personas pueden haber consumido
cannabis. En la Tabla I se ilustra este dato,
cuya fuente es el World Drug Report de 2013
de la United Nations Office on Drugs and Cri-
me, UNODC (3), estimado según cuestionario
sobre consumo el año pasado en población
de 15 a 64 años.
Las cifras hablan por sí mismas y puede
decirse que a pesar de la generalización de
la producción doméstica de cannabis, esta
no parece suficiente para abastecer la de-
manda del mercado europeo. A nivel global,
el cannabis continúa siendo la droga ilegal
más producida y de más tráfico por número
de casos, cantidades decomisadas y países
productores. La figura 4, incluida en el World
Drug Report de la UNODC de 2015 (4), ilus-
tra que en dicho año se decomisaron más
de 7.000 toneladas de cannabis en todo el
mundo.
En la última década Holanda, Marruecos
y España resultan ser los principales países
en cuanto a comercialización del cannabis. Y
siempre según la UNODC, Marruecos ha sido
sobrepasado por Afganistán como país con
mayor volumen de producción de cannabis
del mundo.
El Observatorio Europeo de las Drogas y las
Toxicomanías, el EMCDDA (European Monito-
ring Centre for Drugs and Drug Addiction),
en su informe de 2015 (5), estima que en
Europa más de 75 millones de personas con-
sumen cannabis, siendo la droga consumida
con más frecuencia en la Unión Europea. Y
señala un dato importante: el hecho de que
CANNABIS: ACCIONES DESDE LA SALUD PÚBLICA
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