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Informaciones
Psiquiátricas
2016 - n.º 226
Patricia Amiguet
Estamos aquí para participar en la X Jorna-
da de la Coordinadora de CAS y dar voz a las
personas usuarias de cannabis organizadas
en colectivos asociativos. Somos la CatFAC,
es decir, la Federació d'Associacions Cannàbi-
ques de Catalunya, que ahora mismo agrupa
a más de 25 asociaciones cannábicas del te-
rritorio catalán. En España la CatFAC forma
parte de la Federación de Asociaciones Can-
nábicas (FAC), organización que cuenta con
más de 55 asociaciones a su vez enmarcadas
en federaciones territoriales como la extre-
meña (FACEX), balear (FACBALEARS), valen-
ciana (FACLEVANTE), gallega (FACGALICIA) y
la catalana, a la que me complace represen-
tar en este foro.
Muchas gracias por invitarnos e incluirnos
y favorecer así el diálogo necesario y el con-
senso social imprescindible para favorecer el
cambio de paradigma que anhelamos en las
políticas de drogas.
La Federación de Asociaciones Cannábicas
(FAC) nace en 2003, pero la lucha cannábi-
ca ya venía de mucho antes. De hecho, revi-
sando un poco la hemeroteca, ya en 2001,
el Congreso de los Diputados celebró, por
primera vez en su historia, la comparecen-
cia de una asociación pro-legalización del
cannabis, que defendió la normalización del
consumo de esta sustancia ante los miembros
de la Comisión para el Estudio del Problema
de las Drogas (El Mundo 28-5-2001; El País
30-5-2001).
En dicha comparecencia Jaime Prats, ac-
tivista histórico del Movimiento Cannábico,
pronunció las siguientes palabras: “Estamos
aquí en representación de una parte de los
consumidores de España y queremos denun-
ciar ante esta Comisión lo que es un déficit
democrático para ellos, porque somos consu-
midores de un vegetal que tiene su mercado
totalmente prohibido; eso supone estar fuera
de la ley cuando se quiere obtener este obje-
to de consumo. Queremos denunciar también
que desde 1992, con la aprobación de la Ley
de Seguridad Ciudadana (Ley Corcuera), más
de 50.000 personas al año son objeto de san-
ciones administrativas por el simple hecho de
que toda tenencia, incluida la del propio con-
sumo, es ilícita y por lo tanto, sancionable.
Es por lo que transmitimos a esta Comisión
mixta sobre la problemática de la droga, el
sentir de una parte significativa de la pobla-
ción española. Esperamos que se nos tenga
en cuenta y, en primer lugar, que se derogue
esta ley para después legislar a fin de regular
un nuevo mercado. Se trata de tener despe-
nalizada la producción para el autoconsumo”
(Comisiones Mixtas, 2001: 914).
Este fragmento es de 2001 pero desgracia-
damente sigue siendo de rabiosa actualidad.
Las personas consumidoras se agruparon en
asociaciones para encontrar soluciones entre
ellas mismas en relación al cultivo y la distri-
bución de cannabis, para institucionalizarse,
podríamos decir, y conseguir así autoabaste-
cerse sin tener que recurrir al mercado ilícito.
Y en fin, para aumentar la seguridad redu-
ciendo los riesgos de su consumo.
El paso natural que siguió a la creación de
asociaciones fue la unión entre ellas a par-
tir de federaciones, primero la estatal para
poco a poco ir asentando en los territorios
los diferentes movimientos de lucha desde
la proximidad de sus instituciones. ¿Con qué
objetivo?
Objetivos de las asociaciones
cannábicas
•
Sistema de autorregulación: las federacio-
nes han realizado un trabajo entre colec-
tivos para definir un sistema óptimo de
funcionamiento de las asociaciones canná-
bicas, que se ha concretado en códigos de
