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Informaciones
Psiquiátricas
2018 - n.º
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Bion nos describe el funcionamiento grupal,
que aúna tanto la dimensión individual y so-
cial como la cualidad consciente o incons-
ciente de las ideas. Habla de la existencia,
en todo ser humano, de una base protomen-
tal, que se define como anterior a lo mental.
Esta base protomental es el caldo de cultivo
de los supuestos básicos de grupo; la parti-
cipación en estos procesos es instantánea,
inevitable e instintiva.
El primer supuesto básico que Bion des-
cribe es la
dependencia
. Se equipararía a las
necesidades que tiene el bebé después de su
nacimiento, en cuanto a protección y direc-
ción. Este supuesto dice que el grupo necesi-
ta que alguien lo dirija, que diga lo que hay
que hacer, que lo nutra tanto material como
espiritualmente. Esta tarea recae en el tera-
peuta, de quien se esperan las intervenciones
y soluciones. Los miembros del grupo se sien-
ten inseguros, lo que se traduce en la bús-
queda de relaciones individuales, exclusivas,
con el terapeuta. La función del terapeuta
es facilitar al grupo para salir de este estado
amental y lograr una mentalidad grupal.
El segundo es el supuesto básico de
lu-
cha/fuga
. Se equipararía a la utilización del
mecanismo de escisión en la posición esqui-
zoparanoide. El grupo se reúne para luchar
contra algo o huir de ese algo. Está prepara-
do para hacer cualquiera de los dos indistin-
tamente. Cuando este supuesto básico define
al grupo, existe una ansiedad persecutoria
donde se busca un enemigo fuera del grupo,
enemigo externo al que se dirigirán todos los
ataques. Un ejemplo sería el hecho de que
el grupo centre su atención en los miem-
bros ausentes en una determinada sesión,
o centrando su hostilidad en la figura del
terapeuta. Esto, aunque en cierto modo une
al grupo, también crea mayor desorientación
ya que impide el trabajo conjunto, que está
orientado al crecimiento personal y grupal.
El tercer supuesto es el de
apareamiento
,
de clara influencia mesiánica, donde una
pareja de miembros cobran protagonismo
debido a la percepción del grupo de que
tienen una relación especial, relación que
ofrece esperanza y sensación de continuidad
a dicho grupo. Este supuesto se equipara a
la utilización de la idealización esquizopa-
ranoide, con las expectativas puestas en lo
que puede producir, crear, el contacto entre
dos miembros.
Estos supuestos básicos representan la
lucha entre mantenerse como único o como
miembro de algo mayor. La idea de interde-
pendencia individuo-grupo, y las consecuen-
cias de tal relación, es descrita cuando Bion
(1980) afirma que “el individuo es un animal
de grupo en guerra, no sólo con el grupo,
sino también con él mismo por ser un animal
de grupo, y con todos aquellos aspectos de
su personalidad que potencian su atracción
por lo grupal”. La intervención del terapeuta
rompe con estos supuestos amentales, faci-
litando el pase a una fase de grupo de tra-
bajo, una fase con connotaciones depresivas
(Klein 1997)
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, donde los miembros del grupo
comienzan a mostrar una capacidad para co-
laborar y pensar en el otro.
Tomando de Paul Schilder (1958)
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la no-
ción de imagen del cuerpo, Bion (1984)
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de-
sarrolló la idea de que los grupos y los indi-
viduos están compuestos de un continente y
un contenido. Si bien, para un sujeto dado,
el grupo funciona como un continente, cada
sujeto tiene también en sí un contenido
(una nueva idea que aportar, por ejemplo).
Desde un punto de vista evolutivo, habla de
la relación dinámica entre la experiencia que
es proyectada (por el bebé), es decir, el con-
tenido, y un objeto que absorbe la experien-
cia, lo que sería el continente (el cuidador).
Si todo va bien, la relación entre ambos es
una de construcción de significado comple-
Alfredo Felices de la Fuente / Laura Blanco Presas