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Informaciones
Psiquiátricas
2017 - n.º 229
Capacidad de abstracción y
flexibilidad cognitiva:
Algunos pacientes, especialmente si han su-
frido lesiones frontales, pueden no mostrar
aparentemente dificultades en la compren-
sión del mensaje, pero encontrarse tras el
daño cerebral excesivamente "pegados" a
la realidad más concreta e inmediata y te-
ner dificultades para representarse su pro-
pio futuro o alternativas diferentes a la que
se plantea en ese momento (generalmente
partiendo de sus preferencias y actitudes
previas a la lesión). En estos casos, el pro-
fesional que transmite la información debe
utilizar un lenguaje claro y poco ambiguo y
sugerir al paciente de forma tentativa y em-
páticamente las diferentes situaciones que
pueden darse, especialmente aquellas más
ajustadas a su realidad actual.
Autorregulación emocional y
conductual:
Las alteraciones conductuales suponen un
verdadero reto para la recuperación del pa-
ciente, una importante carga para sus fami-
liares y son generadoras de sentimientos de
impotencia y desesperanza en las personas
del entorno, incluyendo los terapeutas (8,
9). En los casos más graves, en los que pre-
dominen la agitación conductual y la agresi-
vidad, puede ser imposible la transmisión de
información acerca del pronóstico o la nego-
ciación de los objetivos mientras no se re-
suelvan dichas alteraciones, mediante el uso
de psicofármacos y técnicas de la modifica-
ción de conducta. En los casos menos extre-
mos, de irritabilidad, desinhibición conduc-
tual, etc. el paciente deberá ser partícipe de
la información clínica relevante y también
resultará interesante su papel activo en la
elección de los objetivos de tratamiento. De-
bido al origen multicausal de los problemas
de conducta, en el que el ambiente (inclu-
yendo el entorno social) juega un papel al
menos tan importante como el propio daño
cerebral, la participación activa del paciente
en las entrevistas de devolución puede tener
un efecto beneficioso sobre estos problemas,
al dotarle de capacidad de control sobre un
entorno, por otro lado, abiertamente hostil
o poco comprensible y favorecer la autode-
terminación, la capacidad de toma de deci-
siones acerca de uno mismo, reduciendo de
este modo aquellos factores que pueden ge-
nerar disconfort e incluso hostilidad.
Capacidades
volitivas:
Bajo este epígrafe hacemos especial referen-
cia a aquellos trastornos de la motivación
y la iniciación secundarios al daño cerebral
adquirido, generalmente relacionados con
estructuras prefrontales mediales, y que pue-
den manifestarse en al menos tres esferas:
La cognición, la emoción y el comportamien-
to. En relación con la cognición, la apatía
suele manifestarse como una pobreza de la
ideación y del discurso, una reducción consi-
derable de los intereses así como de los ob-
jetivos. En cuanto a la emoción, es habitual
encontrarse con pacientes que muestran un
aplanamiento emocional, una escasa reacti-
vidad afectiva ante situaciones en las que
previamente se emocionaba y, en general,
una cierta indiferencia hacia sus problemas.
Por último, la apatía se manifiesta también
en una reducción de los comportamientos
auto-iniciados: El paciente tiende a la inercia
comportamental, no inicia comportamientos
salvo cuando se le instiga a que lo haga. En
estos casos, probablemente debemos acom-
pañar al paciente en la toma de decisiones,
reforzando cualquier pequeña iniciativa que
surja de él y, en caso de no obtener respues-
ta, proporcionándole diferentes alternativas
para que elija. En cuanto al paciente apático
como receptor de información relevante, de-
Margarita Pascual Darlington / David De Noreña Martínez