INFORMACIONES PSIQUIÁTRICAS 229 - page 14

14
Informaciones
Psiquiátricas
2017 - n.º 229
Introducción
El Daño Cerebral Adquirido (DCA) genera
un gran impacto no sólo en la vida del in-
dividuo que lo sufre, sino en todo su grupo
social, y fundamentalmente en su familia.
Lo impredecible y súbito del suceso, la in-
certidumbre sobre el curso del mismo, los
cambios impredecibles al inicio del mismo,
lo dinámico de la situación, hacen que la
vivencia sea especialmente angustiosa, ge-
neralmente más para los familiares que para
el propio paciente, ya que estos son más
conscientes de la situación (1). Esta con-
sideración de la familia del afectado como
una parte damnificada más, debería produ-
cirse desde los primeros momentos del acci-
dente y continuar a lo largo del proceso de
reintegración del paciente en la sociedad, si
bien en la práctica no es fácil que se pueda
producir este tipo de atención debido a la
discontinuidad de los servicios que existen
en nuestro país (2). No obstante, siempre
se pueden mejorar los servicios de atención
para que no se añada un sufrimiento extra
al ya producido. En este sentido, existen un
gran número de acciones que se pueden lle-
var a cabo por los profesionales que inter-
venimos en este campo (para una revisión
más exhaustiva se puede ver en García, 2006
(3)) y en este artículo sólo vamos a tratar
de apuntar una de ellas: el uso apropiado de
la información.
No es infrecuente encontrar en la literatu-
ra científica referencias a la falta de infor-
mación como una de las quejas más habitua-
les entre los familiares de afectados por DCA
(4). En la experiencia clínica, observamos
que esta queja se centra más sobre aspectos
que tienen que ver con la forma en que se
produce el acto comunicativo en el que se
da la información, que sobre el contenido.
Como en cualquier interacción humana, una
buena relación, basada en una comunica-
ción clara y eficaz redundará en el bienestar
de los componentes de la misma. En el ám-
bito de la rehabilitación, una buena relación
entre el equipo y los familiares, beneficiará
al paciente (y por ende, al equipo que lo
atiende y a la familia). Porque es un hecho
insoslayable que, desde que se produce el
DCA, los equipos terapéuticos pasamos a
formar parte de la red social del paciente
y su familia y afectado (5). Por lo tanto,
cuanta mayor claridad en la interacción será
más fácil afrontar cualquier situación que
se vaya produciendo en el proceso. Esto no
quiere decir que vayamos a evitar informa-
ciones dolorosas si hay que darlas, o que
vayamos a “curar” a todos y cada uno de
los pacientes a los que tratamos (¡qué más
quisiéramos los terapeutas!). Sin embargo,
vamos a tratar de construir una relación de
confianza durante el proceso rehabilitador
para poder ofrecer las mejores alternativas
en cada caso, cuidando los actos comunica-
tivos y la transmisión de información.
En nuestra experiencia en el proceso de
rehabilitación, aunque cada familia y pa-
ciente tienen diferentes necesidades, suelen
ser de especial relevancia las informaciones
referidas a dos temas concretos: los obje-
tivos de tratamiento y el pronóstico de la
enfermedad, así como la información ofre-
cida en dos momentos puntuales del proce-
so rehabilitador: acogida en el servicio y el
alta. Sobre ellos centraremos la atención en
este artículo. Para ello debemos conocer al-
gunos aspectos de los actores intervinientes
en la rehabilitación del DCA (los familiares,
los pacientes y el equipo). Por último, pro-
pondremos algunas indicaciones para evitar
el desencuentro.
Margarita Pascual Darlington / David De Noreña Martínez
1...,4,5,6,7,8,9,10,11,12,13 15,16,17,18,19,20,21,22,23,24,...84
Powered by FlippingBook