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Informaciones
Psiquiátricas
2016 - n.º 224
Lydia Giménez Llort
tia. Thus, there’s an urgent need to impro-
ve pain management in those people that
have lost the ability to communicate and
self-report their pain. Here, we summari-
ze the current state of ‘Pain assessment in
cognitive impairment, especially dementia’
and the scientific efforts done on this sub-
ject through COST Action TD1005. European
researchers from a wide range of basic and
clinical scientific disciplines have gathered
together to develop PAIC, a comprehensive
and internationally agreed-on assessment
toolkit for older adults targeting the various
subtypes of dementia and various aspects of
pain, including pain diagnostics, cognitive
examination and guidelines for proper pain
assessment in dementia.
Key words:
Pain, Cognitive impairment,
Dementia, Frailty, Observational Pain Sca-
les, COST-Action TD1005
Introducción
“El dolor amenaza la dignidad humana, en
la demencia amenaza a la humanidad” - COST
Action TD1005”
En el mundo, 35 millones de personas pa-
decen demencia y se estima que el 50% de
ellas padece dolor de forma regular. El im-
pacto que éstas y otro tipo de daño cognitivo
(DCL, ACV, TCE, tumores, hipoxia/isquemias,
trastornos mentales graves, estados vegeta-
tivos) tienen en la percepción y expresión
del dolor ha sido poco estudiado, excepto en
la enfermedad de Alzheimer, en la que son
ya extensivas las evidencias que indican que
la sensibilidad al dolor no sólo está intacta
sino que incluso puede estar aumentada. Sin
embargo, los últimos estudios indican que el
dolor es infradiagnosticado e infratratado en
personas con daño cognitivo, especialmente
demencias
1,2
.
El ritmo de envejecimiento social actual en
el mundo junto con la explosión demográfica
del ‘baby boom’, hacen que las estimaciones
demográficas para la próxima década alerten
sobre un aumento considerable del núme-
ro de adultos mayores. De hecho, según el
US Census Bureaux, se ha sugerido que en
el 2050 duplicaremos el número de perso-
nas mayores de 65 años y triplicaremos el
grupo de mayores de 80 años. Dado que la
edad es el principal factor de riesgo para la
demencia y el dolor, se prevé que el núme-
ro de pacientes con demencia y tanto dolor
también crecerá. Estas circunstancias auna-
das son de gran relevancia socio-sanitaria ya
que cuando la demencia y dolor concurren,
su impacto individual y social se multiplica y
requiere soluciones transnacionales. No sólo
se trata de que existan ya evidencias que in-
dican que el dolor es tratado de forma muy
deficiente en la demencia. Otras preguntas,
que requieren también respuesta urgente,
son las que se refieren a la patología cerebral
subyacente, al tratamiento óptimo del dolor
y sus cuidados. Estos aspectos, que recaen
en dos conceptos psicobiológicos distintos,
pero interrelacionados, como son el dolor y la
nocicepción (Tabla I), se dibujan en el mar-
co conceptual definido por la ISAP y los tres
grandes objetivos del estudio y tratamiento
del dolor (Tabla II). De momento, la falta
de herramientas validadas de evaluación del
dolor en personas mayores con daño cogni-
tivo, especialmente demencias, ha impedido
avances importantes. Una de las razones más
probables para la infra-detección del dolor y
sus deficiencias al hacerlo en pacientes con
demencia, es debido al hecho de que, hoy en
día, las herramientas diagnósticas del dolor,
su clasificación y valoración, dependen en
gran medida del habilidades cognitivas y de