Informaciones
Psiquiátricas
2015 - n.º 220
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“DR., YO EN CASA LO HAGO TODO!”
LA ANOSOGNOSIA EN LA ENFERMEDAD DE ALZHEIMER
la consciencia de déficits en las actividades
de la vida diaria (AVD), cambios conductuales
y en problemas emocionales’ [8]. Más tarde,
esta definición fue modificada por Spalletta
en 2012 para hacerla más práctica para el
contexto clínico definiendo anosognosia
como ‘la infra-estimación de las limitaciones
en las AVD, los errores en el uso de estrate-
gias compensatorias y la tendencia a adoptar
conductas de riesgo’ [9].
Como sugiere la definición de consciencia
de enfermedad, ésta es dimensional y la per-
cepción de alteración debe determinarse a
partir de un punto próximo a la falta total
de consciencia. Actualmente no existe nin-
gún tipo de patrón oro para la detección y
diagnóstico de la anosognosia y tres han sido
las principales vías de aproximación que se
han usado; la valoración clínica de la falta de
consciencia de enfermedad del paciente, la
discrepancia pre-post test y la discrepancia
paciente-cuidador [8].
El impacto de la presencia de anosogno-
sia en la EA ha sido infravalorado por mu-
chos facultativos, habitualmente alegando
una visión positivista de él, es decir, que
al haber manifestación de sufrimiento por
parte del paciente ello implica la falta del
mismo. No obstante, han sido varios los es-
tudios que han relacionado la presencia de
anosognosia con mayor frecuencia y grave-
dad de síntomas psicológicos y conductua-
les asociados a la demencia (SPCD), mayor
realización de conductas de riesgo, así como
un mayor impacto para el entorno familiar
del paciente [9-12]. Por ello se presentan
los principales resultados obtenidos en dis-
tintos trabajos entorno a la anosognosia en
la EA. Determinación de la prevalencia [13],
estudio comparativo de dos instrumentos de
evaluación [14] y carga percibida por los
cuidadores asociada a la presencia de ano-
sognosia [15].
Metodología
Los trabajos presentados son estudios trans-
versales en pacientes con EA diagnosticados
ambulatoriamente, no institucionalizados y que
dispusieran de un cuidador capaz de evaluarle
y que conociera suficientemente los cambios
producidos por la enfermedad. La muestra de
estudio han sido principalmente pacientes del
hospital Sta. Caterina pero para el estudio de
prevalencia se unieron las bases de datos con
la del proyecto ‘Evolución de la percepción de
la calidad de vida del paciente, en pacientes
con enfermedad de Alzheimer, y en sus fami-
liares cuidadores, a lo largo de un período de 2
años’ financiado por el Ministerio de Economía
y Competitividad (PSI2010-19014).
Los principales instrumentos utilizados han
sido:
•
Para determinar la presencia de anosogno-
sia: Anosognosia Questionnaire-Dementia
(AQ-D) [16]. El cuestionario está formado
por 30 ítems sobre las funciones intelec-
tuales y los cambios conductuales. En cada
ítem se evalúa su frecuencia, de 0 (nunca)
a 3 (siempre). El rango de puntuación es
entre 0 y 90. La puntuación final se obtiene
a través de la diferencia de puntuaciones
entre cuidador y paciente. A mayor pun-
tuación, mayor anosognosia. Los autores
de la AQ-D consideraron, en la escala ori-
ginal, presencia de anosognosia cuando la
diferencia fuese de
≥
32. I la Experimenter
Rating Scale (ERS) es una escala de juicio
clínico que consta de 4 posibles categorías
que evalúan, de mayor a menor, la concien-
cia de déficits: 1) expresión espontánea
de déficits y preocupación sobre ello, 2)
mención de dificultades al realizar pruebas
específicas, 3) referencia a déficits, des-
pués de preguntas directas, aunque mini-
mizando su frecuencia y consecuencias, y
4) negación de déficits [17].