Informaciones
Psiquiátricas
2020 - n.º
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Los registros: neurobiología
y terapia
Los aspectos neurobiológicos correspon-
dientes a las prácticas espirituales y religio-
sas enfocadas al trabajo y acción terapéu-
tica sobre el self han sido profundamente
estudiados. Algunos textos recientes reco-
gen, al lado de otros muchos, tales estu-
dios (13) y (14). Las aportaciones de es-
tos estudios abarcan muy diversos aspectos
de la neurobiología que se benefician de
prácticas espirituales bien realizadas. Es-
tos aspectos comprenden por ejemplo, la
mejora en la mielinización de los circuitos
cerebrales (15), la regulación de procesos
inflamatorios (16), la consolidación de los
telómeros cromosómicos (17), la regulación
cardiovascular (18), la actuación beneficio-
sa en la regulación génica (19), o la mejora
en la conectividad de las redes neuronales
cerebrales (20). En general, se trata de las
acciones que compensan los afectos nocivos
del stress (21).
En lo que se refiere a estados mentales y
las modificaciones correspondientes a es-
tas prácticas espirituales se han estudiado
muy concretamente los diferentes estados
de la mente y las características que pre-
sentan (22). En muchos casos estos es-
tudios han abundado en consideraciones
terapéuticas (23).
Debe quedar claro que el recurso a es-
tas prácticas espirituales y religiosas y sus
claros beneficios psicosomáticos, debe ser
siempre una acción complementaria a las
terapias que la neurobiología clínica esta-
blezca y nunca un intento de interferir en
ellas o substituirlas. Es en este sentido que
el acceso ponderado a estos ejercicios sobre
el self hoy se ve facilitado en hospitales ge-
nerales de muchos países.
Adiós, ideología, adiós
Permítaseme concluir esta breve revisión
del tema de los aspectos terapéuticos de es-
piritualidades y religiones, con un comenta-
rio que afecta a las dimensiones ideológicas
y sociales del tema.
En las culturas en general, los aspectos
sociales van íntimamente unidos a los reli-
giosos y espirituales en formatos diversos.
La cultura europea, a partir de la Ilustración
generó una separación entre lo laico y lo
religioso estableciendo entre ellos una sepa-
ración hostil. En la medida en que en Euro-
pa lo espiritual andaba unido a lo religioso
cristiano, la espiritualidad quedó marginada
y relegada a la categoría de superestructura
inútil. Quedó así establecido un rechazo ofi-
cial a lo religioso/espiritual con fundamen-
tación ideológica. En este rechazo jugó un
papel importante el justificado rechazo al
poder civil ejercido desmesuradamente por
las instituciones religiosas cristianas.
Nos hallamos hoy ante un nuevo paradig-
ma. El poder religioso ha entrado en explica-
ble crisis en Occidente. Ello supone cambios
importantes en la valoración desacompleja-
da del hecho religioso y espiritual. Existen
sociedades en las que lo civil y lo religioso
conviven en paz. Gran Bretaña, por ejemplo,
una de las democracias más antiguas y ma-
duras de Europa, tiene a su Jefe de Estado
como cabeza de su Iglesia, a su clero como
funcionario del Estado, y a 26 obispos en la
Cámara de los Lores. En nuestro país, con
importantes anticuerpos culturales ante lo
religioso, esto sería inconcebible. Las socie-
dades civiles occidentales, por otra parte, se
interesan por la espiritualidad, no precisa-
mente religiosa y, huérfanas de su propia y
rica tradición, buscan en Oriente sus inspi-
raciones espirituales. En este caso la ideolo-
gía antirreligiosa no tiene por qué aplicarse
LA SALUD ESPIRITUAL, ¿EL FACTOR OLVIDADO?