Table of Contents Table of Contents
Previous Page  10 / 72 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 10 / 72 Next Page
Page Background

10

Informaciones

Psiquiátricas

2020 - n.º

240

Ramon M. Nogués

Introducción

La psiquiatría, en primera línea de las

ciencias de la mente, se propone acompañar,

y restaurar en su caso, la “normalidad” de

la mente humana. Destaco entre comillas la

palabra normalidad porque todos conocemos

lo difícil que resulta precisarla cuando no

nos movemos en el área de lo estrictamente

patológico. Desde la Antropología evolutiva

y descriptiva, precisamente forma parte im-

portante de la normalidad la atención a los

trazos de trascendencia que definen y acom-

pañan el paso de los Primates en general, a

los Homínidos en particular. Efectivamente,

el culto a los muertos o la invocación de di-

vinidades trascendentes evocadas de forma

simbólica, constituyen los signos más rele-

vantes de este paso. Al margen de la valora-

ción ideológica o metafísica que tales invo-

caciones puedan merecer, la fenomenología

del hecho argumenta claramente en favor de

un análisis muy serio de la importancia de

este factor en la mente humana. Tanto más

cuanto que su prevalencia se mantiene por

milenios de forma muy destacada, consti-

tuyendo las religiones y espiritualidades

elementos principales de la cultura mundial

de todas las épocas y todos loa países. Una

atención mental completa no puede pues

ignorar las experiencias simbólicas trascen-

dentes espirituales y religiosas y sus fun-

ciones. De ahí que la salud espiritual forme

parte de algunos aspectos de la psiquiatría

normal. Esta afirmación posiblemente choca

con planteamientos que invocan una neu-

tralidad exquisita, por parte de la psiquia-

tría, ante el fenómeno espiritual o religio-

sos, al creer que no forma parte constitutiva

de una salud integral, y que podría inter-

ferir en un correcto análisis y una buena

orientación terapéutica. Cabe sin embargo

la opinión que defiende que una psiquiatría

completa no puede ignorar el hecho religio-

so o espiritual en la medida en que afecta a

la dimensión inevitablemente trascendente

de la mente humana, dimensión que no es

únicamente religiosa y que hoy se manifies-

ta en propuestas muy distintas, dentro de

las que caben espiritualidades no religiosas

e incluso ateas, pero siempre trascenden-

tes respecto de la estricta supervivencia,

y otras trascendencias como son la éticas,

las estéticas, las amorosas o las filosóficas.

De ahí que, en textos científicos neurobio-

lógicos hoy aparezca con cierta frecuencia

la expresión

“forgotten factor”

referida a la

realidad de lo espiritual o religioso en el

análisis de lo mental, especialmente en lo

que se refiera al sentido de la vida, en la

especie humana (1). Muchos consideran que

la disposición a situarse con sentido en la

experiencia vital constituye una pieza esen-

cial de la salud mental (y por ende de la

atención psiquiátrica), y que a esta capaci-

dad contribuye de forma muy destacada la

experiencia espiritual i/o religiosa. Se habla

en este sentido de “higiene espiritual”, (2),

y de “salud espiritual” (3).

Las ciencias de la salud mental cierta-

mente no tienen la misión de actuar direc-

tamente sobre temas como la dimensión

trascendente, pero quizás pueda compararse

con lo que sucede con la gastronomía o la

arquitectura. La ciencia de la alimentación

tiene que basarse en estudios nutriciona-

les o bromatológicos pero puede tener en

cuenta provechosamente la gastronomía

que es la dimensión que corona el ejercicio

normal de la alimentación. La arquitectura

se ocupa técnicamente de que las construc-

ciones se sostengan, pero además añade la

función estética que procura que la vivienda

sea agradable. Una buena medicina no pue-

de limitarse al nivel estrictamente orgánico

y debe abarcar la persona en su conjunto.