Informaciones
Psiquiátricas
2020 - n.º
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Un modelo teórico para
comprender la influencia de la
ambivalencia y la culpa sobre la
sintomatología depresiva
Diferentes modelos teóricos cuentan con
una fuerte evidencia empírica a la hora de
explicar la presencia de angustia emocional
en los cuidadores, como es el caso del mode-
lo de estrés y afrontamiento (5). El elemento
central de este modelo tiene que ver con el
papel de los estresores del cuidado (por ej.,
los síntomas conductuales y psicológicos de
las demencias, como la agresividad o la repe-
tición de preguntas) en la explicación de los
importantes niveles de malestar psicológico
y físico en los cuidadores (45). La gran ma-
yoría de estudios que han analizado el ma-
lestar psicológico de los cuidadores se han
centrado en la depresión, la carga y la an-
siedad. Sorprende, sin embargo, que a pesar
del importante número de cuidadores que ex-
perimentan ambivalencia emocional o culpa,
el papel de estas variables en el proceso de
estrés de los cuidadores apenas se haya es-
tudiado. Esto es especialmente llamativo si
se tiene en cuenta la importante asociación
existente entre estas experiencias emociona-
les y la sintomatología depresiva (32; 37).
Losada, Márquez-González, Vara-García,
Gallego-Alberto, Romero-Moreno y Pillemer
(2018) obtuvieron apoyo empírico para un
modelo de estrés y afrontamiento que incluía
el análisis del papel de la ambivalencia emo-
cional y la culpa en la explicación de la sin-
tomatología depresiva de los cuidadores. En
el mencionado estudio se encontró que los
sentimientos de ambivalencia y culpa de los
cuidadores de personas con demencia tienen
una especial influencia sobre la sintomato-
logía depresiva cuando la persona cuidada
presenta comportamientos disruptivos (8).
Si bien parece existir un claro consenso
en la literatura acerca del impacto de los
síntomas conductuales y psicológicos de las
demencias sobre el malestar de los cuidado-
res (por ej., depresión y ansiedad), los datos
del estudio de Losada et al. (2018) sugieren
que la relación entre ambas variables no es
directa, sino que podrí a estar mediada por
los sentimientos de ambivalencia y culpa
(ver Figura 1), entre otras posibles variables.
En este punto es importante partir de una
situación al origen del cuidado en la que una
persona asume el cuidado de un familiar que,
normalmente, es muy querido (por ej., madre
o padre, o pareja). Así, cuando la persona
con demencia presenta conductas disrupti-
vas de manera frecuente y estresante para
el cuidador, es fácil comprender que surjan
pensamientos o emociones hasta ahora poco
presentes en la vida de los cuidadores (por
ej., ira, rabia, odio, deseo de que “esto se
acabe pronto” o de que “sería mejor para
todos que muriese”). Estos pensamientos o
emociones negativos conviven con el cariño
o amor hacia la persona cuidada, generan-
do sentimientos ambivalentes, que generan
un conflicto interno en el cuidador que es
percibido como muy desagradable (46). El
padecimiento de pensamientos, emociones
o conductas desagradables generan a su
vez pensamientos o emociones asociadas a
la culpa, puesto que chocan por completo
con valores culturales fundamentales como
el amor y respeto a la familia. Tal y como
encontraron Losada et al. (2018), tales sen-
timientos de culpa se relacionan de manera
significativa con una mayor sintomatología
depresiva en los cuidadores.
Como sugiere en la Figura 1, los datos
transversales obtenidos en el estudio de Lo-
sada et al. (2018) sugieren que el impacto
de los comportamientos disruptivos sobre
la depresión de los cuidadores tiene lugar
SENTIMIENTOS DE AMBIVALENCIA Y CULPA EN CUIDADORES FAMILIARES
DE PERSONAS CON DEMENCIA. ASPECTOS TEÓRICOS Y PRÁCTICOS