Informaciones
Psiquiátricas
2020 - n.º
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clusivamente cuidadores con altos niveles de
culpa y malestar (depresión y/o ansiedad), y
se obtuvieron reducciones clínicamente sig-
nificativas no sólo en culpa, sino también
en sintomatología ansiosa y depresiva (48).
El programa de intervención está basado en
estudios previos de intervención (por ej.,49;
50) así como en estudios sobre la culpa en
el cuidado (25; 32; 37; 40). Los contenidos
del programa giran en torno a tres creencias
disfuncionales que se relacionan con el ori-
gen o mantenimiento de los sentimientos
de culpa en cuidadores. Concretamente, las
creencias son: “Debo ser un cuidador com-
petente y perfecto. Debo tener el cuidado
bajo control”, “El autocuidado es una con-
ducta egoísta. El bienestar y satisfacción de
mi familiar es mi mayor y única responsa-
bilidad”, y “Debo experimentar emociones y
pensamientos positivos hacia mi familiar y
hacia mi papel como cuidador. No es correcto
experimentar emociones y pensamientos ne-
gativos asociados al cuidado”. A lo largo del
programa de intervención se realizan ejerci-
cios para ayudar a los cuidadores a explorar
sus sentimientos de culpa u otras emociones
negativas asociadas a las creencias mencio-
nadas. Por ejemplo, se analiza cómo se han
sentido los cuidadores cuando han realizado
alguna actividad de ocio sin su familiar o si
no la han realizado para evitar la posibili-
dad de sentirse culpable por hacer algo sin
el familiar. Igualmente, se analiza como en
el cuidado existen diferentes “disparadores”
de sentimientos de culpa (por ej., cometer
“errores” como gritar o perder el control,
tener emociones o pensamientos negati-
vos) que llevan a que el cuidador emita un
juicio personal negativo hacia sus acciones
realizadas. Tales juicios pueden tener a su
vez consecuencias cognitivas, emocionales
o conductuales negativas como, por ejem-
plo, evitar actividades placenteras, no ser
asertivo y no poner límites, evitar el auto-
cuidado, etc.
A pesar de que se analiza el efecto de las
creencias o conductas del cuidador en el pro-
ceso del cuidado, el objetivo de esta inter-
vención no es cambiar las creencias, como
se hace en terapias cognitivo-conductuales
(51), sino ayudar a los cuidadores a que
comprendan, acepten y toleren la emoción
de culpa u otras emociones negativas que
surjan, siguiendo pautas basadas en la te-
rapia de Aceptación y Compromiso (52) y la
terapia centrada en la compasión (53). Los
objetivos de la terapia son incrementar la
conciencia sobre la existencia de las creen-
cias mencionadas, su relación con la culpa
y las consecuencias de actuar “fusionados”
con tales creencias. Se trata de lograr evitar
los efectos de la culpa patológica, que lleva
a las personas a renunciar a sus intereses
personales desviándose de los caminos que
les llevan a sus valores. En este sentido, se
entrena en la aceptación de las emociones
negativas (especialmente la culpa) y la rea-
lización de actividades orientadas a valores
personales a pesar de experimentar culpa al
realizarlas. Todo esto se complementa con
ejercicios dirigidos a aumentar los niveles de
autocompasión (48).
Conclusiones
Tal y como se ha revisado en este trabajo,
lo sentimientos de ambivalencia y culpa son
emociones negativas y muy dolorosas para
los cuidadores. Estas emociones están muy
presentes en el contexto del cuidado, en el
que el afecto y el estrés se mezclan, algo que
favorece su aparición. Las hijas son especial-
mente vulnerables a su padecimiento, posi-
blemente porque afrontan multitud de tareas
y responsabilidades que entran en conflicto
SENTIMIENTOS DE AMBIVALENCIA Y CULPA EN CUIDADORES FAMILIARES
DE PERSONAS CON DEMENCIA. ASPECTOS TEÓRICOS Y PRÁCTICOS