INFORMACIONES PSIQUIÁTRICAS 227 - page 12

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Informaciones
Psiquiátricas
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que pueden constituir una situación social
(Green, Olivier, Crawley, Penn y Silverstein,
2005). Para que el sujeto pueda identificar
correctamente las señales sociales de un de-
terminado contexto, es imprescindible que
este tenga conocimiento acerca de lo que
es habitual en dicha situación, por tanto, el
conocimiento social es la capacidad que per-
mite al individuo orientarse en una situación
social guiándole respecto al papel que ocu-
pa, las reglas que debe seguir, las razones
por las que se encuentra en dicha situación
y el comportamiento que debe mostrar en la
misma.
Ruiz y cols (2006) refieren que dentro de
las dos fases que integran la percepción so-
cial, los pacientes diagnosticados de esqui-
zofrenia muestran los mayores déficits en la
que se encarga de decidir si la conducta se
debe a estados estables o factores situacio-
nales, debido a su dificultad para modificar
las primeras impresiones.
Varias investigaciones han puesto de ma-
nifiesto que la capacidad de estos pacientes
para usar información contextual es deficita-
ria (Penn, Ritchie, Francis, Combs y Martin,
2002), llegando a invertir más tiempo en las
características menos relevantes (Phillips y
David, 1998) y mostrando importantes défi-
cits a la hora de captar información abstrac-
ta o que no les resulte conocida (Nuechter-
lein y Dawson, 1984). Todos estos aspectos
contribuyen a crear una deficiente percep-
ción de estímulos sociales relevantes.
Teoria de la mente
El termino Teoría de la Mente fue inicial-
mente propuesto por Premack y Woodruff
(1978) y hace referencia a la capacidad del
individuo para inferir estados mentales de
los otros tales como intenciones, disposicio-
nes y creencias (Green y Horan, 2010).
Gran parte del interés en esta área se ha
centrado en estudios con niños, en los que
se ha tratado de examinar la forma en que
aparece y se desarrolla dicha capacidad. Los
niños, como señalan Rodríguez y Touriño
(2010), comienzan prestando atención se-
lectiva a estímulos de tipo visual para, en
torno a los 18 meses, pasar a utilizar juegos
simulados y gestos protodeclarativos. Des-
pués, entre los tres y cuatro años, comien-
zan a distinguir entre las propias creencias y
las de los otros (creencia falsa de primer or-
den), y entre los seis o siete ya comprenden
representaciones de orden superior como
pueden ser la metáfora o la ironía (creencia
falsa de segundo orden). En el caso de niños
diagnosticados de trastornos del espectro
autista este desarrollo se encuentra altera-
do, por lo que el estudio de estos niños ha
servido como base para examinar el desarro-
llo anormal de esta capacidad. A su vez, es-
tos hallazgos han servido para el estudio de
la teoría de la mente en esquizofrenia, de-
bido a las semejanzas en los déficits en esta
área que guardan ambas patologías (Green y
Horan, 2010).
Las diferencias encontradas en cuanto al
rendimiento en esta área por parte de pa-
cientes diagnosticados de esquizofrenia y
sujetos controles es sustancial, tal y como
ponen de relieve dos recientes metaanálisis
que encuentran tamaños del efecto entre
medios (d=0,69) y grandes (d=1,25) para es-
tas diferencias (Bora y cols, 2009; Sprong,
Schothorst, Vos, Hox, Van Engeland, 2007).
Respecto a los déficits que las personas
diagnosticadas de esquizofrenia presentan
en teoría de la mente, históricamente se ha
tratado de estudiar hasta qué punto son los
síntomas de la enfermedad los que deter-
minan los mismos. Algunas investigaciones
apuestan por la hipótesis de que el sujeto
ha de presentar una teoría de la mente sin
Carlos Rebolleda Gil
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