 
          10
        
        
          Informaciones
        
        
          
            Psiquiátricas
          
        
        
          2017 - n.º 227
        
        
          Carlos Rebolleda Gil
        
        
          
            Introducción
          
        
        
          El término cognición social fue acuñado
        
        
          durante la denominada “revolución cogniti-
        
        
          va” que tuvo lugar entre finales de la década
        
        
          de los sesenta y principio de la década de los
        
        
          setenta (Sperry, 1993). Sin embargo, el es-
        
        
          tudio de la cognición social en esquizofrenia
        
        
          destaca por haber tenido una fuerte expan-
        
        
          sión a lo largo de la década de los noventa
        
        
          que continúa aumentando hoy en día. Como
        
        
          señalan Ruiz, García y Fuentes (2006), pese
        
        
          al gran numero de definiciones que pueden
        
        
          encontrarse de cognición social, las diferen-
        
        
          tes investigaciones que la han explorado en
        
        
          el campo de la esquizofrenia coinciden en
        
        
          que los procesos cognitivos sociales impli-
        
        
          cados tienen que ver, por un lado, con la
        
        
          elaboración de inferencias sobre las inten-
        
        
          ciones y creencias de otras personas y, por
        
        
          otro, con la valoración de la influencia de
        
        
          factores situacionales a la hora de realizar
        
        
          dichas inferencias. Esta concepción otorga a
        
        
          la cognición social un papel mediador entre
        
        
          la neurocognición y el funcionamiento co-
        
        
          munitario del individuo.
        
        
          Aunque la cognición social se entiende
        
        
          como un constructo delimitado y diferente
        
        
          a la neurocognición y al funcionamiento del
        
        
          individuo, no está totalmente desligado de
        
        
          estos, llegando a abarcar diferentes compo-
        
        
          nentes, estos son: procesamiento emocional,
        
        
          teoría de la mente, percepción/conocimien-
        
        
          to social, y estilo atribucional (Brekke, Kay,
        
        
          Lee y Green, 2005; Green y Nuechterlerlein,
        
        
          1999; Green, Olivier, Crawley y Silverstein,
        
        
          2005; Penn y cols, 2005). A pesar de que
        
        
          algunos estudios (Bell, Tsang, Greig y Bry-
        
        
          son, 2009; Mancuso, Horan, Kern y Green,
        
        
          2011; Van Hooren y cols, 2008) apuestan
        
        
          por la división de la cognición social en es-
        
        
          quizofrenia en componentes diferentes a los
        
        
          señalados, realmente la gran mayoría de in-
        
        
          vestigaciones realizadas en este ámbito se
        
        
          centran casi exclusivamente en el estudio de
        
        
          los componentes previamente citados.
        
        
          
            Componentes de la cognicion
          
        
        
          
            social en esquizofrenia
          
        
        
          Procesamiento Emocional
        
        
          El termino procesamiento emocional hace
        
        
          referencia a la capacidad del individuo para
        
        
          percibir y usar las diferentes emociones de
        
        
          forma adaptativa (Green y Horan, 2010).
        
        
          Las investigaciones que se han llevado
        
        
          a cabo sobre este componente de la cog-
        
        
          nición social, básicamente han ido desti-
        
        
          nadas a medir la capacidad de los sujetos
        
        
          para reconocer el afecto facial (Ruiz, García
        
        
          y Fuentes, 2006). Generalmente, estos estu-
        
        
          dios utilizan tareas en las que se presentan
        
        
          diferentes fotografías con caras de personas
        
        
          (Ekman, 1976) con el objetivo de que los su-
        
        
          jetos identifiquen en ellas alguna de las seis
        
        
          emociones básicas: alegría, tristeza, enfado,
        
        
          miedo, sorpresa y asco (Hall y cols, 2004;
        
        
          Sachs, Steger-Wusche, Kryspin-Exner, Gur y
        
        
          Katschning, 2004).
        
        
          La inteligencia emocional, definida como
        
        
          un conjunto de cuatro componentes (iden-
        
        
          tificación emocional, facilitación emocional,
        
        
          conocimiento emocional y manejo emocio-
        
        
          nal) (Mayer, Salovey, Caruso y Sitarenios,
        
        
          2001) se ha convertido en un modelo de re-
        
        
          ferencia para el estudio del procesamiento
        
        
          emocional.
        
        
          Las diferencias encontradas en procesa-
        
        
          miento emocional entre pacientes diagnos-
        
        
          ticados de esquizofrenia y sujetos controles
        
        
          es importante, tal y como indica un reciente
        
        
          metaanálisis que encuentra un elevado ta-
        
        
          maño del efecto (d=0,91) (Bora, Yucel y Pan-
        
        
          telis, 2009). Penn, Sanna y Roberts (2008),