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Informaciones

Psiquiátricas

2018 - n.º

231

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meses, el 55% de los sujetos con los que se

había intervenido desde el enfoque de em-

pleo con apoyo se habían integrado laboral-

mente frente a un 28% de los sujetos con los

que se había intervenido desde el enfoque de

entrenamiento prelaboral.

En otros estudios, autores como Saiyers et

al (22) y Becker et al (23) analizaron, de for-

ma retrospectiva, el estado actual de sujetos

que 10 años antes habían estado incluidos

en programas de empleo con apoyo. A través

de un cuestionario

ad hoc

, preguntaban a es-

tos individuos sobre su estado en el área la-

boral, ocupacional, social y psicopatológica

en los últimos años. Ambos estudios ofrecían

resultados en la misma línea, encontrando

tasas de empleo bastante altas (superior al

75%) en estos sujetos. En lo que discrepa-

ban estos resultados era en lo referido al

tiempo de duración de los trabajos. En el es-

tudio de Saiyers et al (22) encontraron que

el 33% de los sujetos habían tenido algún

tipo de ocupación laboral durante, al menos,

la mitad del tiempo evaluado, mientras que

en el estudio de Becker et al (23) se halló

un valor del 71% para esta misma medida.

En ambos estudios se llega a conclusiones

similares con respecto a los beneficios aso-

ciados al mantenimiento de un empleo, en-

contrando mejoras en autoestima, esperan-

za, relaciones sociales, control del consumo

de tóxicos, sintomatología y habilidades de

afrontamiento, entre otras.

Similares efectos se han hallado en otros

países con diferentes contextos económicos

(20), como Australia (18), Japón (16), Ho-

landa (15), Suecia (12) o Suiza (14,17). In-

cluso con un crecimiento del PIB inferior al

2%, el empleo con apoyo muestra aun mayor

diferencia en cuanto a su eficacia respecto al

entrenamiento prelaboral (20).

En España, en el contexto de la crisis eco-

nómica iniciada en 2008 y según datos del

Instituto Nacional de Estadística (INE), la

tasa de empleo de las personas con disca-

pacidad desde el año 2008 al 2014 se redujo

un 2,3%, descenso aun más marcado en las

personas sin discapacidad, concretamente de

un 12,3%. En 2014 las personas con discapa-

cidad tenían una tasa de empleo del 25,7%,

frente al 58,2% del resto del conjunto de la

población. El porcentaje de empleo en per-

sonas con trastorno mental grave fue del

15,8% (24).

Ante este problema, se han ido creando

programas y dispositivos enfocados a me-

jorar la empleabilidad y la integración la-

boral de las personas con Trastorno Mental

Grave. En la Comunidad de Madrid, dentro

del plan de atención social a las personas

con Enfermedad Mental Crónica de la Conse-

jería de Políticas Sociales y Familia existen

los Centros de Rehabilitación Laboral (CRL).

Estos dispositivos buscan la recuperación y

la integración laboral de las personas con

Enfermedad Mental a través de la adquisi-

ción de los hábitos y competencias laborales

necesarias para conseguir un empleo y para

el mantenimiento del mismo. Utilizan una

metodología de intervención mixta y flexible

en la que se combinan el empleo con apoyo y

el entrenamiento prelaboral, entre otros. Los

CRL desarrollan su acción en una estrecha

coordinación con los Servicios de Salud Men-

tal, encargados de la atención psiquiátrica y

seguimiento de estas personas, y con toda la

red de recursos de formación y empleo. Su

capacidad de atención por centro se sitúa en

torno a 50 usuarios (25).

Como señala Valmorisco- Pizarro (26), las

fases habituales del proceso de rehabilita-

ción laboral, de forma resumida, son: aco-

gida, evaluación, elaboración del Plan Indi-

vidualizado de Recuperación Laboral (PIRL),

intervención, seguimiento y alta. Pero en

realidad, no hablamos de un itinerario li-

MANTENIMIENTO DE LOS RESULTADOS DE INTEGRACION LABORAL TRAS EL ALTA

EN CENTRO DE REHABILITACION LABORAL (COMUNIDAD DE MADRID)