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54

Informaciones

Psiquiátricas

2017 - n.º

230

1.

Identificación de las áreas relevantes

que precisan apoyos y las actividades de

apoyo relevantes para cada área.

2.

Evaluación del nivel o intensidad de los

apoyos necesarios.

3.

Redactar el plan de apoyos individualiza-

do que precisa la persona.

4.

Monitorizar el progreso de la persona.

5.

Evaluar (mediante indicadores) la efec-

tividad de los apoyos proporcionados,

cuáles son los más necesarios, y con qué

intensidad deben proporcionarse éstos.

Este proceso se resume en la siguiente fi-

gura (Figura 1)

6

:

Se consideran los siguientes niveles de

apoyo:

1.

Apoyo generalizado:

su frecuencia es

alta, continúa y constante (se propor-

cionan en todas o casi todas las situa-

ciones). Su duración será probablemente

a todo lo largo de la vida de la persona.

Se proporcionan por y dependen de otras

personas.

2.

Apoyo extenso:

su frecuencia es regular

(a veces alta) y anticipada. Se propor-

cionan en diversas situaciones, aunque

normalmente no en todas. Su duración

es continuada. Hay una combinación de

apoyos intrínsecos (naturales) y de ser-

vicio, con un contacto regular y control

por los profesionales del centro. La capa-

cidad de elección y autonomía es escasa.

3.

Apoyo limitado:

la frecuencia de aplica-

ción es regular y anticipada. La duración

es por un tiempo limitado, aunque oca-

sionalmente continuada. Se proporciona

en determinadas situaciones, habitual-

mente no en todas. Hay una combina-

ción de apoyos naturales y de servicio

(con contacto con los profesionales re-

gular pero de tiempo limitado, y de fre-

cuencia variable). Existe poco grado de

elección y autonomía.

4.

Apoyo intermitente:

se aplica con baja

frecuencia, en pocas ocasiones. Su dura-

ción se limita a la necesidad. Los apoyos

son naturales (el papel de los profesio-

nales es de consulta con un control es-

porádico) y la persona desarrolla un gra-

do alto de elección y autonomía.

Modelo multidimensional

e integral

De acuerdo con la definición de la AAIDD,

la DI se explica a través de un modelo mul-

tidimensional como la manifestación de li-

mitaciones en el funcionamiento individual

dentro del contexto real donde se desen-

vuelve la persona (residencia, ciudad, tra-

bajo, etc.) y que suponen un hándicap para

el individuo, tanto en el funcionamiento in-

telectual como en la conducta adaptativa.

(Figura 2

4

).

Este modelo permite entender a la perso-

na y su funcionamiento individual mediante

las siguientes cinco dimensiones persona-

les, que abarcan todos los aspectos de la

persona y su ámbito de relación. Las limi-

taciones de la persona en cualquiera de las

dimensiones deben ponerse en referencia

con las restantes dimensiones (limitaciones

o fortalezas).

s

Dimensión I:

Habilidades intelectuales.

La inteligencia representa la capacidad de

la persona para entender, dar sentido a lo

que le sucede adaptarse a su entorno y

servirse de él, lo que le permite poder re-

solver las dificultades que se le plantean.

s

Dimensión II:

Conducta adaptativa

(conceptual, social y práctica).

Capacidad y habilidades para acomodar la

conducta al entorno de la forma más prác-

tica y provechosa en la vida diaria y en

situaciones de cambio.

Laura Galán Jiménez / Javier Jaime Iturrioz / Uxua Lazkanotegi Machiarena / Edurne Orradre Rodríguez /

Jorge Aguirre Inchusta / Silvia Oteiza Azcona / Marta Pérez de Obanos Martell / Juan Lahuerta Dal-Ré