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Informaciones
Psiquiátricas
2020 - n.º
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tratamiento obtenida en cada una de las va-
riables. Esto quiere decir que el tratamiento
explica un alto porcentaje de las diferencias
obtenidas, siendo mucho menor el porcen-
taje asociado a otras condiciones como por
ejemplo el mero paso del tiempo.
La mejoría referida por los participantes
es congruente con los metaanálisis y guías
clínicas que recomiendan el tratamiento
cognitivo-conductual en la fibromialgia. Por
ejemplo, la guía del Ministerio de Sanidad
de España (23) concluye que hay evidencia
sobre el efecto beneficioso de este tipo de
terapia sobre el control del dolor, malestar
físico y estado de ánimo en pacientes con fi-
bromialgia. En la misma línea, varios metaa-
nálisis y revisiones concluyen que la terapia
cognitivo-conductual en estos pacientes
tiene efectos positivos sobre la depresión,
funcionalidad, alivio del dolor y calidad de
vida entre otros (2) (24) (25) (38).
Existe numerosa literatura científica que
evidencia la existencia de correlación entre
malestar emocional (ansiedad y/o depre-
sión), percepción del dolor y funcionalidad
(11) (12) (39) (40) (41) (42),por lo que
nos parece coherente que las variaciones en
cualquiera de estos constructos produzca a
su vez variaciones en los otros. Ahora bien,
consideramos que la mejoría sobre estos
tres factores ha venido determinada por la
intervención sobre catastrofismo, miedo al
movimiento, estrategias de afrontamiento
activas y percepción de autoeficacia, ya que
son numerosos autores los que consideran
estos constructos como mediadores de los
anteriores, evidenciando los efectos negati-
vos que tienen sobre la perecepción de sa-
lud, malestar emocional, sensación de dolor
y discapacidad asociada en personas con
fibromialgia (13) (14) (43).
Otro de nuestros objetivos era compro-
bar las diferencias existentes entre los dos
protocolos de tratamiento que hemos pro-
puesto. Sin embargo nuestra hipótesis de
que el tratamiento cognitivo-conductual al
que añadimos un componente de expresión
emocional a través del dibujo iba a demos-
trar mejores resultados que el tratamiento
cognitivo-conductual convencional no ha
recibido el apoyo de nuestros datos. Para
formular esta hipótesis nos basábamos en
los beneficios referidos en la literatura cien-
tífica de las actividades artísticas, pudiendo
ser utilizadas como vía de expresión emo-
cional y como trabajo terapéutico propia-
mente dicho en la dirección de conseguir
una mayor apertura a la resignificaciónde
los eventos (44).
Una posible explicación que nos damos a
por qué este componente no ha aportado
un mayor beneficio a la TCC convencional
es que había participantes a los que no les
gustaba dibujar o no estaban acostumbra-
dos a ello unido al hecho de que en cada
sesión se destinaba un tiempo muy limi-
tado a esta actividad (aproximadamente
20 minutos), tiempo que un principio nos
pareció suficiente, pero que es posible que
si hubiera sido más extenso podría haberse
explotado mejor y animado en mayor me-
dida a desarrollar esta actividad. No obs-
tante, si se hubiera programado así, nos
hubiéramos encontrado con el problema
de que ambos tratamientos no eran com-
pletamente comparables al destinar a uno
de ellos un número de sesiones significa-
tivamente mayor. Y en el caso de haber
desarrollado el segundo programa elimi-
nando otros componentes convencionales
para ajustar el tiempo, nos encontraríamos
con el problema ético de que a un grupo le
estamos ofreciendo un tratamiento experi-
mental diferente sustancialmente al trata-
miento considerado de elección dentro de
un entorno asistencial.
Nuria Miguel-de Diego / Isabel Serrano Pintado / Juan Delgado Sánchez-Mateos,