Informaciones
Psiquiátricas
2017 - n.º 229
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tuándose alrededor del 1-2% y parecida a la
prevalencia de episodios de manía aislada.
Robinson y su equipo
36
, en un estudio con
una muestra de más de 300 sujetos, única-
mente identifican 3 casos de pacientes con
episodio de manía. Del mismo modo, Dunne
y su equipo
37
, encuentran tres casos de ma-
nía en un estudio realizado con una muestra
de 661 ictus. Se ha relacionado la presencia
de manía tras un ictus con historia psiquiá-
trica previa
36
.
En la literatura encontramos datos contra-
dictorios en relación a los factores implica-
dos en el desarrollo del trastorno maníaco
tras un ictus. A pesar de ello, parece ha-
ber una mayor consistencia en los estudios
que apuntan hacia una mayor prevalencia en
quienes presentan lesiones hemisféricas de-
rechas
38, 39
. Además se añade la importancia
de los factores genéticos y la atrofia subcor-
tical
36
.
Ansiedad
En relación a la prevalencia de ansiedad
tras el ictus los datos son bastante unifor-
mes. Lepauvori y cols estudiaron una mues-
tra de 277 sujetos y obtuvieron datos de
prevalencia del 20.6% de trastorno de ansie-
dad generalizado (GAD) en personas que tres
meses antes habían sufrido un ictus
40
. En el
estudio realizado por Aström y su equipo
19
,
el 28% de los 80 sujetos que participaron en
el estudio presentaban GAD 3 meses después
de haber sufrido el ictus. Del mismo modo,
Castillo y su equipo
41
, muestran que el 27%
de los 309 sujetos hospitalizados con ictus
presentan GAD.
Los factores desencadenantes de la ansie-
dad en personas con ictus que más se han
estudiado son el género de la persona y la lo-
calización del ictus. Morrison y su equipo
26
,
en un estudio longitudinal realizado durante
tres años y en el que se evaluó a los sujetos
(n=101) en seis momentos diferentes indica
una mayor presencia de ansiedad en mujeres.
Sin embargo, existen estudios en los que no
se ha detectado dicha relación
22, 42
. Respecto
a la relación entre la presencia de ansiedad
en personas con ansiedad y la localización
del ictus, los estudios apuntan como posible
factor de riesgo la lesión en el hemisferio
derecho
19, 41
. Los trastornos de ansiedad y
los trastornos depresivos son patologías que
suelen coexistir en un 6.8% de los casos
22
.
El impacto de los trastornos de ansiedad
en las personas con ictus se asocia con peo-
res resultados en calidad de vida
43, 44
.
Emocionalismo
El emocionalismo o incontinencia emocio-
nal es una forma de desinhibición. Las per-
sonas que la padecen presentan dificultades
para suprimir sus respuestas emocionales,
generalmente la risa o el llanto, aunque en
ocasiones puede ampliarse a la irritabilidad
o la ansiedad, ante niveles bajos de esti-
mulación, por lo que sus respuestas se con-
vierten en inapropiadas o exageradas para la
situación en la que se encuentran. General-
mente se manifiesta como un episodio breve
y congruente con la expresión emocional,
pero con una elevada intensidad
45
.
House y su equipo
46
, con una muestra de
128 sujetos con ictus refieren una prevalen-
cia de emocionalismo del 15% durante el
primer mes tras el ictus y del 12% al de 12
meses tras el ictus. A su vez, Morris y su
equipo
35
, estudiaron la presencia de emocio-
nalismo en una muestra de 66 sujetos que
habían presentado un primer ictus, obte-
niendo datos similares. En dicho estudio, de
los 66 sujetos estudiados, 18 presentaban la
patología, es decir el 18% de la muestra de
estudio. No encontraron una relación entre
ALTERACIONES PSICOPATOLÓGICAS TRAS EL ICTUS