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Informaciones
Psiquiátricas
2017 - n.º 228
Aproximación al evolucionismo
y la vejez
Siguiendo a J. Achotegui (2013), el com-
ponente principal del evolucionismo es la
adaptación: los individuos mejor adaptados
se reproducen más y los peores desaparecen)
y la selección natural es el gran árbitro de
la evolución. Ambas, selección y adaptación
se desarrollan en una escala de tiempo muy
larga donde lleva miles, o millones de años,
realizar sus ajustes. A modo de ejemplo pen-
semos que si la datación de la aparición del
hombre es de hace un millón de años, otras
fechas que para el sapiens son importantes
serian podrían ser los 40.000 años del arte
rupestre; 5.000 años de la escritura; 1000-
2000 años de las grandes religiones; 500
años de la imprenta; 300 años de la 1ª revo-
lución industrial las colonias y esclavos; 80
años de la sociedad de consumo; 20 años de
la revolución digital.
Según Achotegui (2013) los planteamien-
tos más relevantes del evolucionismo goran
alrededor de que la vida es una interacción
permanente, sometida a las leyes físicas y
matemáticas, orientada al futuro (nunca se
vuelve, siempre se va), con caminos a veces
programados: sorprendentemente se ha lle-
gado a las mismas soluciones evolutivas en
diferentes lugares; de orientación oportu-
nista (no perfeccionista) que copia o repite
aquello que funciona bien y marcadamente
ahorradora, excepto en la reproducción.
Evolutivamente somos seres que presenta-
mos una gran inmadurez al nacer y madura-
mos lentamente: Así mientras en un macaco
la maduración se inicia antes del nacimiento
y termina a los dos años en los humanos se
inicia al mes de nacer y finaliza hacia los 8
años. A la larga infancia se añade la adoles-
cencia que permite aprender más. Por otro
lado tenemos un cerebro de gran tamaño y
actividad que nos proporciona mayor longe-
vidad (en síndrome de Down y microcefalia
la vida es más corta y allí donde hay un más
metabolismo y movimiento como la mosca o
el gran deportista, se vive menos). Y tam-
bien tenemos una gran plasticidad cerebral
que se ve mejorada e incrementada por la
cultura y la simbolización. Hablamos de un
cerebro que ha de integrar diversos elemen-
tos: el cerebro reptiliano, mamífero y cor-
tical. No es extraño que siendo un proceso
tan complejo pueda hacer fallos, retrasos…
y que luego el sistema no funcione bien y
que envejezca.
Así la vejez surge porque tras la época re-
productiva el organismo no invierte en cui-
dar el cuerpo. De hecho mientras la mayoría
de los trastornos mentales clásicos (esqui-
zofrenia, bipolar, trastorno de ansiedad...)
.aparecen en la juventud, posiblemente li-
gada a problemas en la maduración de la
mente, en la vejez hay problemas ligados a
deterioro: demencias.
Vejez y síndromes geriátricos
De entrada y dado que desde el evolu-
cionismo no hay funcionamientos sanos o
patológicos podríamos decir que la vejez se
produce un descenso del grado de adapta-
ción por los síndromes geriátricos que se
presentan en la misma y que delimitan la
frontera entre la edad madura y la vejez al
tiempo que caracterizan la senilidad. Estos
síndromes son un problema común, una
alteración, en un grupo de edad pero que
difícilmente su puede catalogar como en-
fermedad en sentido estricto si bien están
ampliamente medicalizados por el hecho de
que, independientemente de las causas que
los provocan, comprometen directamente
la salud.
Josefa Morón Manzano
