Informaciones
Psiquiátricas
2020 - n.º
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Importa ahora desarrollar algunos elemen-
tos específicos sobre la depresión como fac-
tor de riesgo de demencia. Existe actualmen-
te evidencia suficiente para suportar que la
depresión representa un riesgo importante y
(por supuesto) modificable (9,11). Una ma-
yor frecuencia y gravedad de los episodios
depresivos aumentarán este riesgo, que pue-
de ser incluso mayor para el trastorno bipo-
lar (11).
Sin embargo, existen controversias sobre
si el riesgo asociado con la depresión de ini-
cio temprano es tan grande como el riesgo
asociado a la depresión tardía. Los hallaz-
gos son parcialmente contradictorios, con
datos que respaldan un mayor riesgo solo
para la depresión de inicio temprano (e.g.
Geerlings et al, 2008), solo para la depre-
sión tardía (e.g. Brommelhoff et al, 2009),
o para ambas (e.g. Green et al, 2003, en el
estudio MIRAGE) (11). Revisiones recientes
parecen desfavorecer la primera hipótesis
(9), mientras que también el grupo 10/66
completó un estudio longitudinal en países
de ingreso medio/bajo donde la evidencia re-
lacionada era mucho más débil, concluyendo
que la depresión del anciano está asociada
a mayor incidencia de demencia en ese con-
texto geográfico (12). Finalmente, se valora
cada vez más el riesgo potencial asociado
con la ansiedad, a menudo de la mano con
los síntomas depresivos (no necesariamente
trastorno depresivo), en termos de impacto
sobre lo deterioro cognitivo en general (no
solo demencia) (13,14). De hecho, el papel
específico de la ansiedad clínicamente signi-
ficativa sigue siendo explorado en la litera-
tura, con evidencia creciente en cuantidad y
calidad (15).
John et al. (13) sistematizan tres hipó-
tesis para explicar las asociaciones entre
depresión y deterioro cognitivo, incluyendo
demencia: 1) los problemas afectivos actua-
rían como un factor de riesgo etiológico para
el posterior deterioro cognitivo, talvez al re-
ducir el umbral de manifestación de esto; 2)
los problemas afectivos actuarían como un
pródromo: presentación clínica temprana de
demencia (síntomas diferentes de la misma
condición); 3) los problemas afectivos y el
deterioro cognitivo serían procesos separa-
dos, pero compartiendo factores de riesgo
comunes y sustratos neurobiológicos. Los
autores subrayan que estas hipótesis no son
necesariamente excluyentes entre sí, siendo
probable que existan múltiples mecanismos
subyacentes a la relación entre depresión y
demencia (13). A pesar de que la naturaleza
exacta de estos no es del todo consistente,
existe una creciente evidencia sobre los im-
portantes vínculos biológicos entre la depre-
sión y la demencia, y estos probablemente
involucran vías nerviosas, vasculares e infla-
matorias compartidas (11,13). Fue propues-
to un modelo (
‘multiple pathways model’
, cf.
Butter et al., 2008 ap. (11)), en que la en-
fermedad cerebrovascular interactúa con la
neurotoxicidad glucocorticoide (en el hipo-
campo) y la depresión para reducir la reserva
cerebral: el impacto en la neuropatología del
Alzheimer (e.g. deposición de beta-amiloi-
de) conduciría a las manifestaciones clíni-
cas. Sigue siendo probable una interacción
compleja de mecanismos biológicos y socio-
conductuales, en lugar de una sola etiología
determinante (11).
DEPRESIÓN Y DEMENCIA: RELACIONES COMPLEJAS