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Informaciones

Psiquiátricas

2019 - n.º

238

pos en el diagnóstico, agravan las dificul-

tades de identificación y tratamiento en el

caso de las mujeres.

Se prescriben más psicofármacos a las mu-

jeres que a los hombres.

Incluso cuando se presenta con síntomas

idénticos, las mujeres son más propensas

a ser diagnosticadas de depresión que los

hombres y parecen tener menos probabili-

dades de, por ejemplo, ser diagnosticadas

de adicción al alcohol.

La comorbilidad que, a su vez, se asocia

con mayor gravedad, mayores niveles de

discapacidad y una mayor utilización de

los servicios, es algo más diagnosticado en

mujeres que en hombres. En este caso, la

depresión y la ansiedad son los trastornos

comórbidos más comunes.

Reducir la sobrerrepresentación de las mu-

jeres con diagnóstico de depresión es algo

que debe abordarse para disminuir la carga

mundial causada por los trastornos menta-

les y conductuales. Esto requiere un enfo-

que intersectorial multinivel, una política

de enfoque de salud pública y estrategias

de reducción de factores de riesgo especí-

ficos de género.

Los riesgos asociados al género son múl-

tiples y están interconectados. Muchos

provienen de la mayor la pobreza, la discri-

minación y la desventaja socioeconómica.

Cabe recordar que las mujeres constituyen

alrededor del 70% de las personas que se

sitúan por debajo del umbral de la pobreza

a nivel mundial y están significativamente

menos remuneradas que los hombres cuan-

do desempeñan un trabajo. Las mujeres

tienden a ocupar empleos más inseguros

y de más bajo estatus en los que se ven

sin autoridad para tomar decisiones. En

estos empleos es más probable que se ex-

perimenten niveles más altos de eventos

negativos, exista una mayor tenencia a la

vivienda insegura, se den más factores de

estrés crónicos y un menor apoyo social.

Dichos empleos llevan a fomentar la pasi-

vidad, la sumisión, la dependencia, el de-

ber de asumir el cuidado incesante de los

demás y el cuidado no remunerado domés-

tico y agrícola. Por lo tanto, es probable

que los avances en el desarrollo de género

que mejoren las condiciones laborales de

las mujeres influirán en la salud mental de

las mismas. Por último, cabe destacar que

la globalización ha supuesto un aumento

espectacular en cuanto a las diferencias

de ingresos económicos entre hombres y

mujeres.

Otro aspecto fundamental que incide en los

problemas de salud mental de las mujeres

es el incremento de la trata sexual, algo

que atenta de forma directa y muy grave

sobre las mismas y sus derechos humanos

La epidemia de violencia de género debe

ser detenida. La gravedad y la duración de

la exposición a la violencia son altamente

predictivos respecto a la incidencia y gra-

vedad de diferentes trastornos mentales.

Las tasas de depresión que se localizan en

la vida adulta son 3 a 4 veces más altas

en las mujeres expuestas a abuso sexual

infantil o a violencia de pareja. Tras una

violación, casi 1 de cada 3 mujeres desa-

rrollará Trastorno de Estrés Postraumático.

Por lo tanto, es necesario mejorar la de-

tección de este tipo de situaciones, contar

con profesionales más formados, así como,

una mayor y mejor accesibilidad de las

víctimas a recursos especializados. El ac-

ceso a una vivienda segura y asequible es

esencial para que las mujeres y los niños

puedan escapar de dichas situaciones de

violencia.

Se señala la necesidad de investigar en

mayor medida la relación entre violencia

y comorbilidad en el caso de las mujeres.

Maria Amores Gonzalez / Paola Fernandez Catalina / José Luís Arroyo Cifuentes / Carlos Rebolleda Gil