Informaciones
Psiquiátricas
2019 - n.º
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percibida, menor insight y mayor negación
de la adicción (4,8,42). Además, el grado de
deterioro determina también los beneficios
que el tratamiento farmacológico pueda te-
ner (43,44). Por ello, su correcta detección
y evaluación es imprescindible para poder
determinar tanto factores pronósticos como
para diseñar los programas de tratamiento.
Exploración neuropsicológica
La estimación de la prevalencia de dete-
rioro cognitivo en el alcoholismo va desde
un 50 al 80% de personas con problemas re-
lacionados con el consumo de alcohol (45).
Estas alteraciones pueden ser reversibles
parcialmente con la abstinencia, especial-
mente durante las primeras semanas, pero
el ritmo de mejora suele decrecer después
y algunas alteraciones son persistentes a lo
largo del tiempo (22): hasta un 45% pueden
presentar déficits neuropsicológicos residua-
les después de 3 semanas de abstinencia,
y hasta un 15% presentan déficits un año
después de la misma (46). Los déficits cog-
nitivos son más intensos cuanto más amplio
es el patrón de abuso. Pueden observarse
desde déficits sutiles hasta deterioros graves
(como en el caso de la demencia alcohólica y
el trastorno amnésico persistente o síndrome
de Wernicke-Korsakoff) (10).
El deterioro tiene un carácter más progre-
sivo que el producido por el daño cerebral
traumático, siendo este otro de los factores
que contribuye a su invisibilización (3,5).
Además, la exploración neuropsicológica no
dispone de tradición en la atención a este
tipo de población hasta el momento en que
el daño es evidente (4). Sería recomendable
valorar a todos los pacientes a riesgo una
vez se hubiera consolidado un periodo de
abstinencia de entre una y seis semanas, si
bien algunos autores recomiendan 60 días
antes de la primera exploración. Parece que
las funciones cognitivas mejoran tras un año
de abstinencia, siendo los déficit de memoria
(normalmente ligados a la falta de tiamina)
los más persistentes (47). Una extensa valo-
ración neuropsicológica, psiquiátrica, social,
física y funcional (incluyendo la evaluación
de la autonomía para las actividades de la
vida diaria) debería ser aplicada cada 6 me-
ses y por un período de dos años, para mo-
nitorizar los cambios a lo largo del tiempo
de recuperación y determinar el nivel de so-
porte requerido por parte del paciente (41).
El uso de instrumentos de cribado cognitivo
para las personas con TUA alcohólica puede
ser útil para el diseño de las intervenciones
y la evaluación de la evolución cognitiva
de los afectados. Algunos estudios aportan
evidencias de eficacia del uso del Montreal
Cognitive Assessment (MoCA) para detectar
deterioro cognitivo en pacientes con trastor-
no por uso de sustancias (48), si bien una
exploración cognitiva exhaustiva tiene mejor
sensibilidad y mayor especificidad (49). La
mayoría de instrumentos utilizados para va-
lorar ámbitos cognitivos relevantes en este
tipo de pacientes todavía no han sido valida-
dos para este grupo (41).
Situación social
Algunas de las consecuencias sociales
frecuentes en las personas con TUA son las
discusiones o conflictos graves sin agresión
física, el absentismo laboral, accidentes de
tráfico, detenciones, peleas o agresiones fí-
sicas y accidentes de trabajo. La ocurrencia
de estos problemas se asocia con ser hom-
bre, episodios de intoxicación etílica aguda
o atracones de alcohol y consumo promedio
de alcohol más alto (1). Se estima que el
alcohol contribuye en un 29-36% a las des-
TRASTORNO NEUROCOGNITIVO INDUCIDO POR CONSUMO DE ALCOHOL