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Informaciones
Psiquiátricas
2019 - n.º
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depresiones subumbrales tendrían tendencia
a la cronicidad y, en ese aspecto, comparti-
rían parentesco con la distimia o los estados
depresivos persistentes (en el DSM-5).
En la propia evolución conceptual del DSM-
5, en lo referente a la depresión a lo largo
de la vida se plantea que, en los mayores,
la depresión tiende a una evolución cróni-
ca remitente. La depresión subumbral pare-
ce representar un concepto diagnóstico que
se observa preferentemente en el anciano y
cuya discusión puede resultar beneficiosa en
el texto del DSM-5 (Regier et al. 2012).
En cuanto a la prevalencia, las depresiones
menores representan un importante proble-
ma en la población geriátrica, afectando al
25% de los mayores de 65 años de edad que
residen en la comunidad, pero hasta el 65%
de los hospitalizados y el 70% de los ins-
titucionalizados verbaliza sentimientos de
“estar triste o deprimido” (Lavretsky et al.
2002).
Factores asociados a las
depresiones subumbrales y
depresiones subsindrómicas
en los mayores
Algunos autores han considerado a las
personas mayores cómo un colectivo “espe-
cialmente vulnerable” para presentar depre-
siones subumbrales, debido a factores de-
mográficos (la propia edad, el estado civil,
género, educación, economía), de salud (do-
lor, peor salud autopercibida, dependencia
funcional, situación cognitiva) y psicosocia-
les (aislamiento social y emocional, duelos y
pérdidas importantes) (Adams et al. 2009).
Otros autores han estudiado los factores
relacionados con la existencia de depresión
subsindrómica en las personas muy mayores
(> 85 años ó very old persons), destacando
entre ellos los que se exponen en la tabla 1
(Ludvingsson et al. 2016).
También se han diferenciado los factores
compartidos entre la depresión mayor y la
depresión subsindrómica, de aquellos que
aparecen más específicamente en las for-
mas subsindrómicas (tabla 2) (Vaccaro et al.
2017, Adams et al. 2009).
Consecuencias
Las depresiones subsindrómicas, muchas
de ellas cómo estados postdepresivos, gene-
ran importante sufrimiento en los pacientes
y su entorno, afectando de forma global a su
situación física, social y funcional, generan-
do (Olfson et al. 1996):
•
Merma de la calidad de vida del paciente
•
Deterioro funcional
•
Aislamiento social y empeoramiento de la
percepción subjetiva de la red social
•
Síntomas somáticos asociados (dolor ab-
dominal, cefalea, astenia)
•
Comorbilidad médica
•
Mayor utilización de recursos sanitarios y
costes asociados
Tratamiento
Dadas las consecuencias y el elevado sufri-
miento que generan este tipo de depresiones
desde el primer escalón de la asistencia, la
atención primaria se ha propuesto el trata-
miento de las depresiones menores recomen-
dando “vigilancia estrecha”, puesto que más
del 20% evolucionan a depresión mayor. Por
ello algunos autores aconsejan iniciar ya el
tratamiento antidepresivo desde atención
primaria y, si se considera necesario, remi-
tir posteriormente a atención especializada.
Además se ha demostrado que el tratamiento
Javier Olivera Pueyo