Informaciones
Psiquiátricas
2019 - n.º
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Introduccion
El síndrome confusional agudo (SCA), tam-
bién llamado delirium, es uno de los trastor-
nos cognitivos más prevalentes en las perso-
nas mayores[1]. Se caracteriza por ser una
alteración mental de inicio agudo, potencial-
mente prevenible y reversible con afectación
a nivel de las funciones cognitivas superio-
res (atención, memoria, orientación, percep-
ción y lenguaje) además de fluctuaciones del
nivel de consciencia[2]. Tradicionalmente se
han descrito tres formas de presentación del
delirium en función de las alteraciones psi-
comotrices: el hiperactivo, que se detecta en
un 15% de los casos y se caracteriza por pre-
sencia sobre todo de agitación; el hipoacti-
vo, definido por tendencia a disminución en
el nivel de consciencia y se presenta en un
19% de los casos; y el mixto, que represen-
taría el 66% del total, en el que co-existen
tanto periodos de agitación como de somno-
lencia[3].
El delirium se puede desarrollar a cualquier
edad, siendo más frecuente en el grupo de
ancianos frágiles que presentan un umbral
más bajo para su aparición, además de la
presencia de factores precipitantes conoci-
dos como hospitalización, cirugía previa o
descompensaciones agudas de tipo médicas
[4,5]. En este grupo de pacientes, el deli-
rium puede ser la forma atípica de presenta-
ción de diversas patologías médico-quirúr-
gicas, o aparecer en el transcurso de ellas,
suponiendo una amenaza potencial para la
vida del paciente[6].
Se considera que entre un 30-40% de
los episodios de delirium podrían prevenir-
se[7,8], motivo por el que actualmente se
encuentra incluido en los programas hospi-
talarios de seguridad del paciente siendo un
indicador de la calidad sanitaria para los pa-
cientes ancianos[9]
Por todo lo anterior, el delirium, como con-
dición médica, puede conllevar a una cascada
de eventos clínicos no deseados que provo-
can la aparición o empeoramiento de la de-
pendencia funcional y en consecuencia, un
potencial aumento de la morbi-mortalidad,
así como mayor riesgo de institucionalización
y aumento de los costes sanitarios.
Los datos epidemiológicos en la pobla-
ción comunitaria global sitúan la prevalen-
cia del delirium en un porcentaje bajo entre
1-2%[10]. En cuanto a las personas mayo-
res de 85 años la situación cambia, puesto
que pueden presentar delirium hasta en un
14%[3]. La prevalencia de delirium en per-
sonas mayores en el momento del ingreso
hospitalario aumenta hasta un 24-50% de los
casos[2]. Cabe destacar la elevada prevalen-
cia de delirium en condiciones específicas,
como por ejemplo en el postoperatorio inme-
diato (hasta el 41% de los casos de fractura
de cadera). Esta situación inevitablemente
conlleva, aparte de una mayor lentitud en
la recuperación funcional, un mayor riesgo
de incremento de la morbi-mortalidad y de
una elevada posterior institucionalización al
alta[11].
La prevalencia del delirium al ingreso en
unidades de convalecencia se sitúa entre
un 14-23% (al cabo de una semana post-in-
greso) y otro 30%, pasadas las dos semanas
del ingreso. Adicionalmente se ha descrito
un 22% de recaídas del delirium durante el
ingreso y un 28% de los casos no se recu-
peraron durante todo el seguimiento.[12,13]
La etiología del delirium en las personas
mayores habitualmente es multifactorial y
pocas veces está causado por solo un fac-
tor desencadenante. Desafortunadamente la
patogénesis del delirium no está del todo
aclarada. Algunas hipótesis postuladas la
han relacionado con ciertas moléculas neu-
rotransmisoras (siendo los más relevantes
PREVALENCIA DE PRIMER EPISODIO DE DELIRIO, FACTORES RELACIONADOS Y SU
IMPACTO SOBRE MORTALIDAD, EN PACIENTES INGRESADOS EN CONVALECENCIA