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Informaciones
Psiquiátricas
2018 - n.º
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por personas que cumplieran los criterios
de TMG atendiendo a las tres dimensiones
mencionadas. En segundo lugar, pese a que
se han considerado los principales procesos
cognitivos no se han reportado datos sobre
los procesos cognitivos asociados al proce-
samiento lingüístico. A diferencia de otros
procesos cognitivos, no hay disponibles me-
ta-análisis sobre las alteraciones del lengua-
je en los diferentes diagnósticos incluidos
en el TMG. Mientras los datos aportados por
dos revisiones han evidenciado alteraciones
específicas en el lenguaje en personas con
esquizofrenia, fundamentalmente en su di-
mensión pragmática (Covington et al., 2005;
Radanovic, Sousa, Valiengo, Gattaz y Forlen-
za, 2013) la ausencia de datos de revisión
sobre alteraciones tanto en comprensión
como producción del lenguaje en otros diag-
nósticos dificultaría la comparación entre
dichas alteraciones. En tercer lugar, los me-
ta-análisis sobre alteraciones en cognición
social no han aportado información sobre el
desempeño en los diferentes componentes
de la cognición social como el estilo atribu-
cional y la percepción y conocimiento social
lo que ha dificultado la comparación de las
alteraciones en cognición social entre los
diagnósticos. Si bien actualmente no existe
un único modelo teórico holístico y detalla-
do sobre la cognición social (Sánchez-Cubi-
llo, Tirapu-Ustárroz y Adrover-Roig, 2012)
sería necesario la evaluación específica de
los diferentes componentes de la cognición
social en los principales diagnósticos del
TMG. Igualmente en la revisión no se encon-
tró ningún meta-análisis sobre la cognición
social en personas con trastorno depresivo
mayor por lo que solo se pudo comparar los
datos de cognición social entre tres de los
diagnósticos incluidos en el TMG.
De cualquier forma, futuros trabajos debe-
rán considerar los datos procedentes de los
estudios longitudinales sobre la evolución
de las alteraciones cognitivas en el TMG. En
particular, algunos de los recientes trabajos
en este ámbito parecen mostrar que, al me-
nos en ciertos diagnósticos, la sintomato-
logía cognitiva no es estable a lo largo del
curso del trastorno, y que en algunos casos
el curso de ciertos déficit no solo no empora
con el paso del tiempo, sino que podrían me-
jorar (Rodríguez-Sánchez, et al., 2013). Bajo
esta perspectiva los datos aquí presentados
presentarían una foto fija del estado de la
cuestión que deberá ser complementada con
dichos estudios longitudinales.
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Olimpia Díaz-Mandado