Informaciones
Psiquiátricas
2018 - n.º
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Discusión
La primera observación general que se
pude hacer sobre los datos expuestos es la
alta desviación típica entre los participan-
tes para todas las variables registradas. Esta
desviación típica ha sido utilizada como in-
dicador de la cantidad de variabilidad pre-
sentada por los sistemas estabilométricos
(Caballero, Barbado y Moreno, 2013; Svend-
se, Svarrer, Negahban, Sanjari and Parnian-
pour, 2011), lo que nos permite afirmar que
existe una alta variabilidad general entre las
personas analizadas. Lipsitz (2002) y Manor,
Costa, Newton, Starobiners and Kang (2010)
señalan que esta variabilidad estaría asocia-
da con la complejidad de las interacciones
entre los distintos componentes del sistema
neuromuscular implicados en el control pos-
tural, lo que se incrementa cuando se trata
de personas con trastornos de equilibrio.
Los datos presentados en este trabajo
muestran una variabilidad similar a pobla-
ciones sanas sin patologías asociadas al
equilibrio (Baydal-Bertomeu, Viosca-Herre-
ro, Ortuño-Cortés, Quinza-Valero, Garrido
Jaén y Broseta, 2004), lo que es coherente
con nuestros resultados al no haber utilizado
criterios de selección relacionados con los
trastornos del equilibrio. Sin embargo nues-
tra hipótesis inicial hacía referencia a una
relación entre la discapacidad intelectual y
los problemas de equilibrio, un aspecto que
no se ha podido contrastar empíricamente.
Aunque todas las variables estabilométri-
cas han mantenido una cierta correlación
lineal positiva con el nivel de discapacidad,
ninguna de ellas ha alcanzado el nivel de
significación suficiente para confirmar esta
relación, posiblemente debido a los diferen-
tes tipos y niveles de discapacidad de cada
participante y sus diferentes asociaciones a
los problemas de estabilidad. De este modo,
posiblemente la primera reflexión que debe-
ría hacerse cuando se trata de poblaciones
tan heterogéneas como son las personas con
discapacidad intelectual, es la necesidad de
realizar la evaluación de forma individuali-
zada, a partir de la cual deberían diseñarse
las intervenciones más adecuadas para cada
caso y situación.
En cierto modo, el diseño utilizado de me-
didas repetidas permite tener un control de
esta variabilidad, al compararse por pares
los cambios que se producen en las variables
registradas para cada participante. De este
modo, podríamos confirmar que, cuando se
utilizan plataformas rígidas, todas las va-
riables indican un deterioro de la capacidad
para estabilizar su postura (ver tabla 2 y
figura 2), siendo las mayores diferencias en-
tre las medias cuando se analiza la variable
de desplazamiento total del CP. Unos datos
que son coherentes con los obtenidos para
personas sanas sin ningún tipo de discapa-
cidad (Baydal-Bertomeu et al, 2004), donde
se incrementan todos los registros estabilo-
métricos debido a la eliminación del estímu-
lo visual. Los índices de Romberg (IR) para
las superficies rígidas indica el nivel de este
deterioro para cada variable, siendo mayor
para el área de superficie descrita por el CP
sobre la base de sustentación (1.79 ± 1.19
-ver tabla 4 y figura 4).
Cuando se hace esta misma prueba sobre
superficies inestables, el deterioro del con-
trol de la postura se incrementa de forma
muy significativa (p<0.001), lo que indica
que, cuando se reduce la entrada somato-
sensorial mediante la alteración los senso-
res propioceptivos del tobillo, la elimina-
ción del estímulo visual produce cambios
muy importantes en todas las variables es-
tabilométricas, obteniéndose las mayores
diferencias entre las media en la variable
de desplazamiento total del CP. El índice
EVALUACION ESTABILOMETRICA EN PERSONAS CON DISCAPACIDAD INTELECTUAL