Informaciones
Psiquiátricas
2017 - n.º 229
79
edad, el sexo, la duración de la enfermedad, los diferentes subtipos
del trastorno, el tratamiento farmacológico, la presencia de historia
de síntomas psicóticos y el estado de ánimo actual.
Se incluyeron imágenes de resonancia magnética estructural de 1.837
adultos con diagnóstico de trastorno bipolar y 2.582 controles. Se
obtuvieron para todos ellos imágenes ponderadas en T1 y se analizó
el grosor y el área de superficie cortical de la sustancia gris mediante
análisis y protocolos de control de calidad armonizados y estandari-
zados para todos los grupos. Las segmentaciones y parcelaciones cor-
ticales se llevaron a cabo mediante el software FreeSurfer [3] usando
el atlas cerebral Desikan-Kiliany [4].
Los resultados que se obtuvieron muestran que el trastorno bipolar se
caracteriza por un patrón generalizado de disminución del grosor cor-
tical distribuido en ambos hemisferios, sin cambios a nivel del área
de superficie. Específicamente los efectos más fuertes se encontraron
en la región prefrontal ventrolateral izquierda (d=0.293, P=1.71×10-
21), el giro fusiforme izquierdo (d=0.288, P=8.25×10-21) y en la
corteza frontal media rostral izquierda (d=- 0.276, P=2.99x10-19)
(Figura 1). Además, se encontró que la corteza cingulada posterior
izquierda (d=-0.100, P=0.001) mostraba una reducción de superficie
cortical mayor de la esperada por la edad y el diagnóstico. Cuando
se comparó el grosor cortical y la superficie de adolescentes/adultos
jóvenes (<25 años) con trastorno bipolar y sanos se encontró que los
pacientes jóvenes mostraban un patrón más localizado de cambios,
en concreto un espesor significativamente reducido únicamente en el
giro supramarginal derecho (d=-0.195, P=0.001) y un área superficial
reducida en la ínsula izquierda (d=-0.184; P=0.002).
En cuanto al efecto que determinados factores asociados con el tras-
torno pueden tener sobre las alteraciones cerebrales, se encontró
reducción del grosor cortical (pero de nuevo, no de superficie) aso-
ciado con una mayor duración de la enfermedad especialmente en la
corteza cingulada anterior (r=−0.091; P=6.09×10−4) y en la corteza
occipital (Corteza pericalcarina izquierda: r=−0.129; P=1.35×10−6;
pericalcarina derecha r=−0.123; P=3.96×10−6; Cuneus: r=−0.090;
FIDMAG informa