La población envejecida representa uno de los segmentos poblacionales de mayor crecimiento. Con el aumento de la edad la incidencia y la prevalencia de síndromes dolorosos aumenta de forma muy importante. La fragilidad y la cronicidad de enfermedades que comportan dolor, en los pacientes mayores como segmento especial, va a seguir aumentando. El dolor es frecuentemente infravalorado por el propio paciente, entrando en la creencia de ser condición propia de la edad. La clara consecuencia de esta infravaloración es el impacto negativo sobre la salud, calidad de vida, que puede acabar en trastornos del ánimo, aislamiento social, deterioro cognitivo, inmovilidad y trastornos del sueño.
En las próximas décadas, el número de adultos mayores se incrementará considerablemente. Dado que la edad es el principal factor de riesgo para la demencia y el dolor, el número de pacientes con demencia y dolor también crecerá. Cuando la demencia y dolor concurren, su impacto en la sociedad se multiplica y pide soluciones transnacionales. Además, parece ya evidente que el dolor es infra-detectado y tratado en la demencia. Por lo tanto, hay una necesidad urgente de mejorar el manejo del dolor en aquellas personas que han perdido la capacidad de comunicarse y autoinformar sobre su dolor.
El tratamiento paliativo y el tratamiento del dolor en la demencia tienen una gran importancia para el confort del paciente y de su familia. Enfocar el cuidado y tratamiento de estos pacientes se basa en una correcta identificación de sus necesidades paliativas y en una adaptación exquisita de los cuidados y atenciones. Esta adaptación se dirige a los aspectos físicos, psicológicos, emocionales y espirituales que puedan afectar tanto al paciente como a su familia para conseguir el máximo confort.
La soledad constituye un problema creciente en las sociedades avanzadas, y aunque ningún sector de la población está libre de ella, no cabe duda de que adolescentes y ancianos están particularmente afectados. En este artículo nos centraremos en la población de mayor edad, realizando en primer lugar breve una reflexión conceptual para centrarnos luego en la epidemiología de la soledad, los factores de protección y riesgo, las consecuencias de la soledad sobre la salud, y ofrecer finalmente algunas consideraciones de tipo terapéutico y sugerencias de investigación.
Este artículo parte del marco de referencia del “Envejecimiento Activo” (“Active Ageing” - World Health Organization, WHO) y a través de los tres pilares propuestos en su definición de “Participación”, “Salud” y “Seguridad”, se presenta una reflexión sobre la necesidad de disponer de programas que fomenten y equilibren la propia responsabilidad individual, así como los entornos adecuados y favorables para las personas mayores y la solidaridad intergeneracional. Para ello se han revisado diferentes iniciativas actuales de experiencias intergeneracionales tanto a nivel nacional como internacional, las cuales abordan el tema del aislamiento personal y social y cómo combatir la soledad.
Partiendo del trabajo de investigación titulado “Estimulación intelectual y emocional a partir de la comunicación activa. La figura del escuchador” se materializa un calendario de estancias en residencias y geriátricos, y se difunde la experiencia a nivel académico. A raíz de esa primera toma de contacto empiezan a surgir propuestas de proyectos personalizados, a medida de cada “escuchado” o “grupo de escucha” y también de sus particulares circunstancias. A través del ejercicio de la memoria, la expresión verbal y emocional, la comunicación cronológica y reflexiva, y la reminiscencia se potencian una serie de aspectos que influyen en el estado de ánimo del usuario y en su actitud vital, influyendo positivamente en su calidad de vida y, por ende, en la de sus cuidadores y familiares.
Objetivo: La rehabilitación de las personas mayores es una intervención compleja, en la cual intervienen múltiples componentes (clínica, cognitiva, anímica etc.). Nuestro estudio pretende comprobar si la entrevista motivacional (EM) (basada en una atención centrada en la persona), con adaptaciones, es aplicable en pacientes con fractura de fémur o ictus que realizan rehabilitación en una unidad de convalecencia.
Introducción. El 50 % de pacientes con demencia padece de dolor, el cual puede desencadenar síntomas psicológicos y conductuales. El dolor es infradiagnosticado e infratratado en pacientes con demencia. Objetivo. Revisión de la fisiopatología del dolor en demencia, de los instrumentos de evaluación del dolor, estudios observacionales y ensayos controlados aleatorizados (ECAs) de tratamiento del dolor en demencia moderada a severa que evalúen su eficacia en el control de síntomas psicológicos y conductuales.
En el presente estudio se quiso valorar cual es la calidad de vida de la gente mayor de Sant Celoni y se planteó la hipótesis que la ansiedad y/o la presencia de depresión repercuten de manera negativa en la calidad de vida. Para ello se utilizaron 4 cuestionarios: Valoración cognitiva (MMSE), escala de depresión (Yesavage), escala de ansiedad (SAST) y cuestionario de calidad de vida (Realización propia). Se obtuvieron datos de una muestra de 38 sujetos. Como resultados destacados, decir que el 47% de la muestra valoró su salud actual como regular o mala y este dato fue significativo con los niveles altos de ansiedad obtenidos en dicho cuestionario.
El objetivo de este trabajo es hacer una revisión teórica sobre el nuevo modelo de atención centrada en la persona (ACP), dando más importancia en las personas que padecen demencia. Empezaremos explicando que es la atención centrada en la persona y sus orígenes, comparando las diferencias entre los modelos de atención actuales y la ACP, explicando en que consiste el DCM (dementia care mapping).