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Informaciones

Psiquiátricas

2020 - n.º

239

y, además, comparten algunos síntomas

como lentitud, hipomimia, disminución

de la fluencia verbal, con lo que pueden

existir, ocasionalmente, dificultades de

diagnóstico diferencial. Actualmente, la

depresión está catalogada dentro de la

sintomatología no motora de la enfer-

medad de Parkinson, pudiendo ser un

síntoma premotor o prodrómico. Al igual

que ocurre en la enfermedad de Alzhe-

imer, la depresión actúa también como

factor de riesgo. El paciente parkinso-

niano también presenta con frecuencia

apatía que no hay que confundir con la

depresión (8).

2.-

Otros trastornos del movimiento

. Los sín-

dromes parkinsonianos atípicos, atrofia

multisistémica, parálisis supranuclear

progresiva y degeneración corticobasal,

sobre todo esta última, asocian depre-

sión con frecuencia.También es muy

alta la prevalencia de depresión en el

parkinsonismo vascular. La corea de

Huntington es una enfermedad auto-

sómica dominante con manifestaciones

motoras, cognitivas y psiquiátricas que

suele iniciarse clínicamente en torno a

los 30-40 años. La depresión es la al-

teración psiquiátrica más frecuente. Es

conveniente recordar que en un 10% de

los pacientes la enfermedad se inicia

por encima de los 60 años (Huntington

tardío) y en este grupo el 30% se pre-

sentan con síntomas no motores (3).

Neuroimagen en la depresión

En los últimos años se han producido

avances tecnológicos que han permitido

conocer mejor los cambios estructurales y

funcionales que ocurren en el cerebro de las

personas depresivas (14)

1.-

Neuroimagen estructural

. Numerosos

estudios neuropatológicos concuerdan

en que la depresión se asocia con una

reducción del volumen de la sustancia

gris, sobre todo en determinadas áreas

como el córtex prefrontal dorsolateral,

medial y orbitofrontal y áreas límbicas

como hipocampo, amígdala y córtex

cingulado anterior (15). Estos hallazgos

se han confirmado mediante técnicas de

neuroimagen que muestran alteraciones

no sólo de sustancia gris, sino también

de sustancia blanca (14,16). Actualmen-

te, con técnicas de imagen por tensor

de difusión, mediante resonancia mag-

nética, se pueden identificar las fibras

de la sustancia blanca que conectan las

diversas áreas corticales. Esto es útil,

no solo para evidenciar los problemas de

conectividad estructural en el cerebro,

sino también para diseñar tratamientos

de estimulación cerebral profunda (17).

Hoy en día, la depresión podría ser con-

siderada como una enfermedad de la

conectividad cerebral que afectaría a

determinadas redes neurales predomi-

nantemente. Entre estas redes estarían

la red neuronal por defecto, cuya alte-

ración ocasionaría rumiación, la red de

saliencia, cuya alteración ocasionaría

conductas evitativas, o la red de afec-

to positivo, cuya alteración ocasiona-

ría anhedonia (18). Las enfermedades

neurológicas pueden afectar las citadas

redes cerebrales ocasionando así un ma-

yor riesgo de depresión.

2.-

Neuroimagen funcional

. En este apartado

incluimos las técnicas de imagen mole-

cular como la tomografía por emisión de

fotón único (SPECT) y la tomografía de

emisión de positrones con fluorodeoxi-

glucosa (PET-FDG) y, también, la reso-

nancia magnética funcional, ésta última

Juan Bello López