Informaciones
Psiquiátricas
2016 - n.º 226
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vención y tratamiento eficaces en una po-
blación especialmente vulnerable como es la
adolescente y adulta joven. En este primer
informe se describen las bases neurobiológi-
cas del policonsumo cannabis-tabaco, el es-
cenario en que se consume y el papel de cada
uno de los protagonistas: el joven consumi-
dor, el grupo, la familia y los profesionales.
Es un esfuerzo de comprensión del consumo
cannabis-tabaco que debe continuar para
que se pueda avanzar en el tratamiento y
en la prevención de este policonsumo, cuyas
consecuencias no se pueden subestimar en
ningún caso.
No debiera extrañar la implicación y en-
tusiasmo de cuantos integran el Proyecto
Évict en el marco del Comité Nacional para
la Prevención del Tabaquismo. Se pretende,
ahí es nada, reducir la importante carga de
morbimortalidad asociada al hábito de fu-
mar. La población juvenil siempre ha sido
un objetivo claro de la industria tabacalera
por distintos motivos: porque tiene escasa
percepción de riesgo y porque constituye
la futura población fumadora, que una vez
adicta asegurará una cuota de mercado a lo
largo de años. Debe contemplarse con pre-
ocupación la percepción de falta de riesgo
que tiene la juventud y parte de la sociedad
ante el hábito de fumar tabaco y el de fu-
mar cannabis: se llega incluso a decir que
este es menos nocivo que el primero. La po-
blación juvenil que se inicia en el consumo
de cannabis, además de enfrentarse precoz-
mente a los riesgos asociados al consumo
de esta sustancia, encuentra una puerta de
entrada rápida a la adicción a la nicotina.
Una vez establecida esta adicción, es cues-
tión de tiempo que aparezca patología aso-
ciada al tabaco, además de la asociada al
cannabis.
Presentamos a partir de aquí los puntos más
importantes de cada capítulo del informe, así
como las recomendaciones básicas que se han
podido valorar, a la luz de la evidencia obte-
nida en la revisión.
CAPITULO 1.
Epidemiología del consumo
cannabis-tabaco
1.
Los datos epidemiológicos sobre el uso
de tabaco, cannabis y alcohol en España
muestran la existencia de una fuerte relación
entre el consumo de estas sustancias. El uso
de tabaco y cannabis se inicia en la adoles-
cencia. Su consumo es muy prevalente entre
la población general y especialmente entre
los jóvenes. Según las encuestas EDADES
2013
1
y ESTUDES 2012
2
, la probabilidad de
consumir cada una de las sustancias (alco-
hol, cannabis, tabaco) se incrementa cuando
se consume también alguna de las otras dos.
La probabilidad de consumir cannabis si se
fuma tabaco se multiplica por 2,2 entre la
población general y por 2,8 entre la pobla-
ción escolar.
RECOMENDACION
Es necesario incluir nuevas preguntas en
los cuestionarios mencionados para así po-
der monitorizar correctamente el binomio
cannabis-tabaco. Ello podría hacerse desa-
gregando las tres posibles categorías de lia-
do: 1. Tabaco liado solo, 2. Cannabis liado
solo, y 3. Cannabis y tabaco mezclados. Esta
última es la manera más usual de fumar po-
rros en nuestro medio. Si se aceptara esta
desagregación que proponemos se lograría
de una vez por todas controlar este decisivo
factor de confusión que serie tras serie se
repite en las encuestas.
CANNABIS Y TABACO: PROYECTO ÉVICT
