INFORMACIONES PSIQUIÁTRICAS 224 - page 47

Informaciones
Psiquiátricas
2016 - n.º 224
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Estudios de
dolor experimental
Para esclarecer el contenido empírico de
las escalas clínicas es obligatorio un mejor
uso de la metodología experimental y neuro-
científica. Los estudios de dolor experimental
permiten un control estricto sobre el nivel de
dolor inducido, que no es posible en entor-
nos clínicos.
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Por otro lado, los marcadores
fisiológicos y de comportamiento de dolor
se pueden usar para validar estas escalas de
observación, ya que el uso de auto-informe
para la validación ya no es posible en los
pacientes que sufren de demencia y están
perdiendo o han perdido ya el habla.
En el caso de los estudios de dolor experi-
mental en animales no humanos, el dolor tal
como lo define la Asociación Internacional
para el Estudio del Dolor (IASP) (Tabla 1),
es una ‘experiencia psico-fisiológica’ difícil
de evaluar en su totalidad en ellos y no está
exenta de discusiones cargadas de especicis-
mo sobre su naturaleza consciente o incons-
ciente, hecho que permitiría a los animales
a sentir “dolor” como se entiende concep-
tualmente en los seres humanos y en la que
muchos científicos del campo estamos ya de
acuerdo. Dado que los animales exhiben una
respuesta de aversión a las experiencias que
ellos consideran que son nocivas, el con-
cepto fisiológico puro de ‘nocicepción’ - se
define como “los procesos neuronales de co-
dificación y procesamiento de estímulos no-
civos” – es el que se recomienda de utilizar
en su lugar, mientras se resuelve este debate
especicista
12
.
La homología de los procesos biológicos
básicos, tales como ‘nocicepción’ entre los
animales, ha hecho que algunos de ellos - en
su mayoría roedores- sean hoy una importan-
te herramienta en la investigación básica y
preclínica del dolor. Además, el modelado de
las enfermedades psiquiátricas y neurológi-
cas mediante enfoques neuro-psico-farmaco-
lógicos clásicos, mutantes espontáneos o los
modelos de biología molecular de ingeniería
más recientes ha proporcionado nuevas opor-
tunidades para estudiar la comorbilidad dolor.
Sin embargo, a pesar de que una importan-
te cantidad de investigación ha estudiado el
impacto que las disfunciones cognitivas rela-
cionadas con el dolor y los trastornos afec-
tivos, existe un número limitado de trabajos
de dolor experimental en modelos animales
de deterioro cognitivo o demencia y de ellos,
aún menos han considerado factores críticos
como el envejecimiento o de género. No sólo
los atributos, sino también a las limitaciones
inherentes de los animales no humanos en
la expresión del dolor (tal como se concibe
en los seres humanos), proporcionan cono-
cimientos útiles para la evaluación del dolor
en los pacientes cognitivamente deteriorados
o dementes con pobres o ausentes capaci-
dades comunicativas. La investigación básica
ha afrontado ya las dificultades con las que
lidian neurólogos y psiquiatras al evaluar el
dolor de sus pacientes que han perdido la ca-
pacidad del habla. En realidad, las pruebas de
nocicepción en animales no humanos se ba-
san en puntuaciones objetivas, desde reflejo
de retirada nocifensiva hasta complejas con-
ductas operantes. A su vez, la ingesta de ali-
mentos y agua, la frecuencia respiratoria, la
frecuencia cardíaca y la presión arterial, son
medidas fisiológicas útiles para completar los
registros. Resulta interesante observar como
la ‘Escala de Muecas’ para actividades faciales
en ratas y ratones, que tiene una alta fiabi-
lidad y precisión, encuentra su equivalente
en las escalas observacionales que miden las
actividades faciales, el movimiento corporal
y la vocalización para evaluar el dolor en pa-
cientes con demencia. Hasta el punto que los
registros automatizados de vocalizaciones
VALORACIÓN CLÍNICA DEL DOLOR
EN EL DETERIORO COGNITIVO
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