El monográfico que ve la luz coincide con los 25 años de actividad en la línea de daño cerebral. En noviembre de 1992 el Hospital Aita Menni inauguró su Unidad de rehabilitación hospitalaria. Lo que entonces era un proyecto incierto, se ha convertido hoy en un área de presente vibrante y de futuro muy prometedor.
La transmisión de la información clínica relevante a los pacientes afectados por daño cerebral adquirido (DCA) y a sus familias es una de las acciones más complejas y determinantes que se dan a lo largo de todo el proceso asistencial. De ahí la importancia de las habilidades de comunicación de los diferentes profesionales, del conocimiento y de las actitudes apropiadas con el fin de evitar el sufrimiento innecesario y promover el máximo bienestar posible en familiares y afectados.
Los ictus son un grupo de trastornos bruscos de la irrigación cerebral que se manifiestan por una combinación de alteraciones físicas y psíquicas. En muchos casos supone una disminución de la autonomía funcional y la calidad de vida de la persona. Durante los últimos años, la investigación y los programas de rehabilitación se han dirigido a mejorar los déficit motores y del lenguaje; las alteraciones psicopatológicas, con excepción de la depresión, han sido en términos generales ignoradas.
Se presenta la visión de 62 familias españolas que viven con una persona con Síndrome de Angelman. Mayoritariamente son menores de edad con importantes problemas de comunicación, autonomía, control motor y conducta. Reciben mucha más atención profesional en los ámbitos de comunicación y control motor que en los de conducta y autonomía. El desarrollo de modelos de atención en estas dos áreas es prioritaria.
Las tecnologías de la información y comunicación (TIC) han experimentado un importante desarrollo en los últimos años. El uso de la telefonía móvil se ha generalizado a toda la población y ofrecen la posibilidad de que sea incorporada como una herramienta más en el ámbito de la rehabilitación de pacientes con lesiones cerebrales. Sus posibilidades abarcan desde la evaluación en contextos reales y cercanos al paciente, la utilización como herramienta de estimulación y restauración de los procesos cognitivos, a su uso como ayuda externa de carácter compensatorio.
A pesar de décadas de investigación, la fisiopatología del trastorno bipolar no es del todo conocida. Los estudios de neuroimagen han detectado diferencias cerebrales estructurales como aumento de volumen de los ventrículos laterales o reducción de volumen en la corteza cingulada anterior, la ínsula y la corteza frontal inferior, pero hasta la fecha los resultados han sido inconsistentes.
La Degeneración Lobar Frontotemporal (DLFT) es una entidad neurodegenerativa heterogénea que abarca varios síndromes clínicos diferenciados según su fenotipo, el cual viene determinado por la distribución neuropatológica inicial (frontal o bien temporal), y en los que una alteración progresiva del lenguaje es un hallazgo fundamental.
La depresión es el trastorno psiquiátrico más frecuente en la población de edad avanzada, con una prevalencia aumentada en personas mayores y muy mayores hospitalizadas o institucionalizadas. La depresión en población geriátrica asocia importantes consecuencias en forma de pérdidas en la funcionalidad, incapacidad, disminución de calidad de vida, incremento de morbi-mortalidad, elevados costes en salud y alto riesgo de suicidio.
En las últimas décadas, los profundos y transformadores cambios acaecidos en las sociedades occidentales también han afectado la práctica de la medicina. La tradicional estructura piramidal en la relación médico-paciente considerada benefactora durante el siglo pasado, ha dado un giro espectacular centrándose actualmente en la autonomía del paciente, nuevo y necesario concepto para entender la relación clínica establecida hoy en día.
El modelo actual de relación asistencial entre una persona con un problema de salud y un profesional está basado en el consentimiento informado. Cuando una persona pierde su capacidad para tomar decisiones sobre su salud no puede participar en el consentimiento informado. Hace años en nuestro país se reguló legalmente el documento de voluntades anticipadas. Permite dar instrucciones sanitarias para que se utilicen cuando se ha perdido la capacidad.