Table of Contents Table of Contents
Previous Page  111 / 132 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 111 / 132 Next Page
Page Background

Informaciones

Psiquiátricas

2019 - n.º

235

111

Introduccion

El síndrome confusional agudo (SCA), tam-

bién llamado delirium, es uno de los trastor-

nos cognitivos más prevalentes en las perso-

nas mayores[1]. Se caracteriza por ser una

alteración mental de inicio agudo, potencial-

mente prevenible y reversible con afectación

a nivel de las funciones cognitivas superio-

res (atención, memoria, orientación, percep-

ción y lenguaje) además de fluctuaciones del

nivel de consciencia[2]. Tradicionalmente se

han descrito tres formas de presentación del

delirium en función de las alteraciones psi-

comotrices: el hiperactivo, que se detecta en

un 15% de los casos y se caracteriza por pre-

sencia sobre todo de agitación; el hipoacti-

vo, definido por tendencia a disminución en

el nivel de consciencia y se presenta en un

19% de los casos; y el mixto, que represen-

taría el 66% del total, en el que co-existen

tanto periodos de agitación como de somno-

lencia[3].

El delirium se puede desarrollar a cualquier

edad, siendo más frecuente en el grupo de

ancianos frágiles que presentan un umbral

más bajo para su aparición, además de la

presencia de factores precipitantes conoci-

dos como hospitalización, cirugía previa o

descompensaciones agudas de tipo médicas

[4,5]. En este grupo de pacientes, el deli-

rium puede ser la forma atípica de presenta-

ción de diversas patologías médico-quirúr-

gicas, o aparecer en el transcurso de ellas,

suponiendo una amenaza potencial para la

vida del paciente[6].

Se considera que entre un 30-40% de

los episodios de delirium podrían prevenir-

se[7,8], motivo por el que actualmente se

encuentra incluido en los programas hospi-

talarios de seguridad del paciente siendo un

indicador de la calidad sanitaria para los pa-

cientes ancianos[9]

Por todo lo anterior, el delirium, como con-

dición médica, puede conllevar a una cascada

de eventos clínicos no deseados que provo-

can la aparición o empeoramiento de la de-

pendencia funcional y en consecuencia, un

potencial aumento de la morbi-mortalidad,

así como mayor riesgo de institucionalización

y aumento de los costes sanitarios.

Los datos epidemiológicos en la pobla-

ción comunitaria global sitúan la prevalen-

cia del delirium en un porcentaje bajo entre

1-2%[10]. En cuanto a las personas mayo-

res de 85 años la situación cambia, puesto

que pueden presentar delirium hasta en un

14%[3]. La prevalencia de delirium en per-

sonas mayores en el momento del ingreso

hospitalario aumenta hasta un 24-50% de los

casos[2]. Cabe destacar la elevada prevalen-

cia de delirium en condiciones específicas,

como por ejemplo en el postoperatorio inme-

diato (hasta el 41% de los casos de fractura

de cadera). Esta situación inevitablemente

conlleva, aparte de una mayor lentitud en

la recuperación funcional, un mayor riesgo

de incremento de la morbi-mortalidad y de

una elevada posterior institucionalización al

alta[11].

La prevalencia del delirium al ingreso en

unidades de convalecencia se sitúa entre

un 14-23% (al cabo de una semana post-in-

greso) y otro 30%, pasadas las dos semanas

del ingreso. Adicionalmente se ha descrito

un 22% de recaídas del delirium durante el

ingreso y un 28% de los casos no se recu-

peraron durante todo el seguimiento.[12,13]

La etiología del delirium en las personas

mayores habitualmente es multifactorial y

pocas veces está causado por solo un fac-

tor desencadenante. Desafortunadamente la

patogénesis del delirium no está del todo

aclarada. Algunas hipótesis postuladas la

han relacionado con ciertas moléculas neu-

rotransmisoras (siendo los más relevantes

PREVALENCIA DE PRIMER EPISODIO DE DELIRIO, FACTORES RELACIONADOS Y SU

IMPACTO SOBRE MORTALIDAD, EN PACIENTES INGRESADOS EN CONVALECENCIA