INFORMACIONES PSIQUIÁTRICAS 253

86 Informaciones Psiquiátricas 2024 - n.º 253 te de los siguientes neurotransmisores: 1) Oxitocina, hormona peptídica neuromoduladora crucial para la organización precisa de las interacciones sociales, cuyos niveles plasmáticos aumentan durante la excitación sexual; 2) Dopamina, el neurotransmisor catecolaminérgico más importante del sistema nervioso central en los mamíferos, crucial en el sistema de recompensa mesolímbico; y 3) Arginina-Vasopresina o Argipresina, hormona peptídica hipotalámiconeurohipofisaria antidiurética. Esta última y la Oxitocina abundan en el sistema límbico y son estructuralmente similares, pero funcionalmente diferentes en cada sexo. Ambas están involucradas en el proceso y la regulación de las emociones, memoria y excitación sexual. Los neurotransmisores Oxitocina, Dopamina y Vasopresiva, junto con los esteroides gonadales Progesterona, Testosterona y Estrógenos, regulan los aspectos apetitivos y consumatorios sexuales (39,40). En relación con la sexualidad, además de en otros variados ámbitos, los estados emocionales de ansiedad (más si hay disforia sexual) o estrés pueden potenciar el deseo. En cualquier caso, la racionalidad ocurrirá después, raramente antes, justificando así la opción emocional-afectivasexual elegida. A veces será difícil, aunque no imposible, realizar cualquier acción, sea o no sexual, que resulte no ser la más placentera según la evaluación subjetiva del actor (41). Por otra parte, las respuestas del otro a la disfunción sexual propia no suelen asociarse con que persista o no deseo sexual en ambos (42,43). Muchas mujeres informan mayor satisfacción sexual cuando el deseo de su pareja es mayor que el suyo. En este sentido, la ventaja femenina promedio de poder “leer la mente en los ojos” es evidente a lo largo de la vida (44). A su vez, el menor deseo sexual de las mujeres parece asociarse con el cansancio e ira personales (45). En psicopatología, la disminución de la libido afecta desproporcionadamente a quienes sufren trastornos depresivos (46,47), más si son mujeres (48). En el trastorno por comportamiento sexual compulsivo, subsumido entre los trastornos del control de los impulsos, se ha respaldado el impacto previamente teorizado de la propia desregulación emocional (49). En efecto, parece que existe relación entre las dificultades en la regulación emocional, los esquemas inadaptados tempranos, la dependencia emocional y la posible adicción al sexo (50). La regulación de las emociones se asigna a una red cerebral centrada en la corteza prefrontal ventrolateral izquierda (51). La desregulación emocional en el ámbito sexual es elemento fundamental en el fracaso para afrontar impulsos, pensamientos y conductas inadecuadas o trasgresoras. Eventuales intervenciones terapéuticas No existen directrices formales psicológicas ni farmacológicas en relación con las repercusiones negativas personales del amor no correspondido o la imposibilidad de mantener una relación física y emocional (52). Con respecto a los tratamientos medicamentosos en la esfera sexual, suele enfatizarse que se infrautilizan los andrógenos (testosterona, androsterona y el precursor esteroideo androstenediona) en mujeres posmenopáusicas y con síndrome genitourinario de la menopausia, así como en premenopáusicas en edad reproductiva tardía. En los hombres añosos (usualmente José Manuel Bertolín-Guillén

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