INFORMACIONES PSIQUIÁTRICAS 253

16 Informaciones Psiquiátricas 2024 - n.º 253 La fatiga La fatiga, tanto en la fase aguda como a largo plazo, es uno de los síntomas más frecuentes en esta enfermedad. Se describe como una abrumadora sensación de cansancio físico y mental y está expresada por el 77.7% de los pacientes (7). Calabria et al. (2022), sugieren que su prevalencia aumenta cuando se trata de pacientes Long Covid con sintomatología cognitiva. Sabemos que la fatiga está asociada a la atención sostenida, que precisamos para mantener la concentración durante un periodo de tiempo, así como a las funciones ejecutivas, que nos permiten mantener información almacenada, interpretarla y manipularla para realizar tareas complejas.w En el estudio recién mencionado se expresa la contribución de los síntomas cognitivos y neuropsiquiátricos en los distintos tipos de fatiga: física, mental y psicosocial (reducción en el deseo de mantener contacto social y de realizar actividades al aire libre). Mayores niveles de apatía, ansiedad y depresión, así como dificultades en los procesos atencionales y ejecutivos, han mostrado ser predictores significativos de distintas tipos de la fatiga. En la regresión múltiple, dichas variables (apatía, ansiedad, depresión) explican la mitad de la varianza de la puntuación total de la fatiga (MFIS), referida por la muestra de personas que sufren Long Covid (24). Por otro lado, cabe mencionar que los niveles de fatiga pueden variar de una semana a otra, de un día a otro, incluso de una hora a otra, generando así dificultades para gestionar el día a día e influyendo en la motivación, en el estado anímico y en el funcionamiento cognitivo de las personas que lo sufren. Esta variabilidad en la presentación de la fatiga es un síntoma frecuente también en pacientes con otras causas de daño cerebral, afectando al estado anímico y a la capacidad atencional. Pacientes con preservación cognitiva y buena capacidad introspectiva lo refieren como un síntoma con alto impacto funcional; provoca inseguridad y desaliento en el paciente que ha dejado de poder confiar en su propia estabilidad anímica. La correlación entre fatiga, alteraciones cognitivas y cambios psicopatológicos no nos permite deducir secuencias causales unidireccionales o circuitos de retroalimentación. Cobran por tanto máxima importancia las intervenciones holísticas con abordaje paralelo de los síntomas neuropsiquiátricos, de las alteraciones cognitivas y de una planificación de la actividad que tenga en cuenta la fatiga. Las personas con Long Covid también pueden presentar fatiga post-ejercicio, la cual se caracteriza por intolerancia al esfuerzo físico y mental, que desencadena un agravamiento de los síntomas, que suelen persistir desde 14 horas hasta varios días (7). Recientemente se han publicado los resultados de un estudio que utiliza la estimulación transcraneal por corriente directa para la fatiga Post-Covid; el estudio muestra mejoras significativas en la fatiga física de estos pacientes mediante la estimulación transcraneal eléctrica en la corteza prefrontal dorsolateral izquierda. En referencia a los resultados secundarios, no se detectaron efectos de la técnica en la fatiga cognitiva (Test Stroop) ni en la calidad de vida (Euro-QoL-5D), aunque se constató una mejora significativa en los síntomas depresivos (BDI-II) (25). Ane Iturrate / José Ignacio Quemada / Naiara Mimentza

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