INFORMACIONES PSIQUIÁTRICAS 253

Informaciones Psiquiátricas 2024 - n.º 253 13 nitivas se ven afectadas, pudiendo variar el grado de severidad en cada una de ellas. Miskowiak et al. (2021), indicaron que el 62% de las personas que habían sido hospitalizadas por la infección presentaban deterioro cognitivo cuatro meses después de la fase aguda, el 38.8% lo hacía mostrando dificultades en múltiples dominios cognitivos, sobre todo en el aprendizaje verbal y en el funcionamiento ejecutivo, mientras que en el 24% restante se objetivaban dificultades sólo en un único dominio cognitivo. Todo ello en contraste con una muestra de personas que no habían experimentado la infección (12). De acuerdo con lo anterior, García et al. (2022), revelaron que en las personas afectadas por la Long Covid, los déficits cognitivos se daban con mayor frecuencia en múltiples dominios (60.3%) en comparación con los pacientes que tenían afectado un único dominio (39.7%). La literatura revisada apunta hacia el impacto generalizado sobre los procesos atencionales, ya sea de manera selectiva o junto con dificultades en otras áreas (13). Schild et al. (2022), demostraron que el 59.6% de los pacientes presentaban deterioro cognitivo a partir de los tres meses después de la fase aguda de la infección, de ellos la mayoría se clasificaba como deterioro cognitivo leve. Sin embargo, solo 14 de 52 pacientes se situaron por debajo del punto de corte en pruebas de screening cognitivo, lo que sugiere que las valoraciones cognitivas con herramientas screening, como el Montreal Cognitive Assessment (MoCA) o el Mini-Mental State Examination (MMSE), pueden no ser lo suficientemente sensibles para la detección del deterioro cognitivo leve presente en estos casos. Es por ello que se recomienda evaluar los dominios cognitivos con herramientas específicas para cada área cognitiva (9). Ariza et al. (2023), investigaron la relación entre los síntomas agudos durante la infección y el deterioro cognitivo a largo plazo en personas con la condición de Long Covid. Los síntomas neurológicos, digestivos, respiratorios y olfativos/gustativos predecían en el 28% el rendimiento cognitivo general (MoCA) de las personas afectadas. El grupo de síntomas neurológicos per se predecía en el 12% las disfunciones atencionales y de memoria de trabajo. Los síntomas neurológicos y respiratorios predecían el 23% del desempeño en la memoria verbal. Por último, el sumatorio de síntomas neurológicos, respiratorios y digestivos predecían el 24% de los déficits en las funciones ejecutivas. Las alteraciones en el lenguaje no parecían tener relación con los síntomas sufridos en la fase aguda, sino más bien con las características sociodemográficas y la condición premórbida de cada persona (10). Guo et al. (2021), en la Universidad de Cambridge, sugirieron que padecer fatiga, síntomas neurológicos, gastrointestinales y respiratorios durante la fase aguda de la infección predecía en un 20% los síntomas cognitivos (definidos como quejas subjetivas de problemas en el procesamiento de la información). Más concretamente, la fatiga, en la cual estos autores incluían dolor de cabeza, mareo y “brain fog”, junto con los síntomas neurológicos, que abarcaban desorientación, alteraciones visuales, delirios y alteraciones de la conciencia, predecían en el 14% los síntomas cognitivos (subjetivos) (14). En la mayoría de los estudios se constata una correlación positiva entre el deterioro cognitivo, medido con pruebas estandarizadas, y las quejas cognitivas subjetivas que refieren los pacientes (12,13). En algunos casos las quejas subjetivas no se LONG COVID Y SU IMPACTO EN EL FUNCIONAMIENTO MENTAL

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