INFORMACIONES PSIQUIÁTRICAS 248

Informaciones Psiquiátricas 2022 - n.º 248 29 A comienzos de los 90 teníamos a un gran grupo de personas con secuelas motoras, cognitivas, conductuales y de comunicación secundarias a los TCE, que habían recibido una excelente atención sanitaria en la fase aguda, pero que se habían encontrado con un gran vacío en la fase subaguda o de reha- bilitación. El vacío era tanto mayor, cuanto más importantes fueran las secuelas cogni- tivas y conductuales. En esos años surgieron respuestas de dos tipos. Por un lado, las fa- milias afectadas constituyeron asociaciones, TRACE en Cataluña fue pionera en 1988 y con posterioridad fueron surgiendo en otras Co- munidades hasta constituirse FEDACE como federación nacional de las asociaciones lo- cales en 1995; actualmente agrupan a 48 entidades federadas (2). El segundo tipo de respuesta fue protagonizada por entida- des sanitarias, fundamentalmente privadas. El Hospital Aita Menni, de Hermanas Hos- pitalarias, creó la primera Unidad de Daño Cerebral en 1992; poco después el Instituto Guttmann que ya tenía una tradición en neu- rorrehabilitación de lesionados medulares, y Hospitales NISA en la Comunidad Valenciana desarrollaron Servicios especializados en la rehabilitación del daño cerebral. La respues- 1960 1962 1964 1966 1968 1970 1972 1974 1976 1978 1980 1982 1984 1986 1988 1990 1992 1994 1996 1998 2000 2002 2004 2006 2008 2010 2012 2014 2016 2018 2020 2021 0 5000 4000 3000 2000 1000 7000 6000 Figura 1: https://revista.dgt.es/es/noticias/nacional/2022/01ENERO/0107-Balance-prov- accidentalidad-2021.shtml SERVICIOS MONOGRÁFICOS DE REHABILITACIÓN DEL DAÑO CEREBRAL EN EL MARCO SANITARIO

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