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Informaciones

Psiquiátricas

2020 - n.º

241

17

Introducción

Los trastornos psicóticos constituyen uno

de los principales problemas sanitarios den-

tro del ámbito de la salud mental, a causa

de su elevada prevalencia (3% en población

general

1, 2

), y también debido a cómo puede

afectar el desarrollo y funcionalidad de las

personas que la sufren, ya que suelen apare-

cer en etapas en las que las personas inician

su actividad laboral, familiar y social, con

lo que genera un gran impacto psicosocial.

Un primer episodio psicótico evoluciona

de forma heterogénea, pero lo que se ha de-

mostrado los últimos años, es que una inter-

vención precoz es el mayor factor de buen

pronóstico. En este sentido, algunos estu-

dios señalan que los 5 primeros años son

críticos, fase definida como período crítico

tras el inicio de la psicosis

1, 2

.

Asimismo, se ha demostrado que los tra-

tamientos son capaces de cambiar el curso

del trastorno; aparte de la medicación neu-

roléptica, diversas intervenciones han acu-

mulado evidencia empírica sobre su eficacia

en el tratamiento de las psicosis. Por ejem-

plo: tratamiento psicológico individual, de

grupo, terapia cognitivo-conductual, reha-

bilitación vocacional, habilidades sociales e

intervención familiar

1, 2

.

Sin embargo, las personas atendidas no

siempre reciben estos tratamientos de for-

ma mantenida, y si lo reciben, es al cabo de

algunos años de debut de su enfermedad.

La intervención temprana en psicosis tie-

ne dos elementos que la diferencian de las

formas habituales de asistencia actuales:

la detección temprana y la aplicación del

tratamiento específico más eficaz para cada

fase inicial de la enfermedad.

La detección temprana se puede definir

como la identificación de aquellas personas

que están en riesgo de desarrollar una psi-

cosis (el llamado EMAR, Estado Mental de

Alto Riesgo), y aquellas que se encuentran

en los estadios iniciales de un primer epi-

sodio psicótico (PEP). Entre estos estadios

iniciales podemos diferenciar:

-

el período en el que la persona presentan

síntomas prodrómicos pero no ha desarro-

llado una clínica psicótica franca: abarca

desde la aparición de la primera sintoma-

tología inespecífica en un individuo sano

(depresión, ansiedad, insomnio) hasta el

surgimiento de los primeros síntomas psi-

cóticos atenuados (suspicacia, referencia-

lidad no delirante, aislamiento social) y

que puede durar de dos a cinco años

-

el período en que aparecen síntomas psi-

cóticos pero aún no se instaura un trata-

miento adecuado, conocido como duración

de la psicosis sin tratar (DUP: Duration of

Untreated Psychosis). La fase de pródro-

mos y la DUP se consideran como período

de enfermedad sin tratamiento (Duration

of Untreated Ilness, DUI).

La intervención precoz está justificada en

la medida en que se considera factor deter-

minante para el posterior curso y recupera-

ción de la enfermedad.

Por tratamientos específicos para cada

fase se entienden aquellos tratamientos

(psicológicos, físicos o sociales) que van

dirigidos a impedir la progresión hacia la

psicosis en aquellas personas con síntomas

prodrómicos o bien a promover la recupe-

ración en aquellas otras personas que han

experimentado recientemente su primer epi-

sodio de psicosis

1, 2

.

En esta línea, en la Declaración de Con-

senso, publicada como guía clínica, y for-

mulada por la Organización Mundial de la

Salud (OMS) y la Asociación Internacional

de Psicosis Incipiente (IEPA), se recomienda

DESARROLLO DEL PROGRAMA DE ATENCIÓN

ESPECÍFICA AL TRASTORNO PSICÓTICO INCIPIENTE EN BENITO MENNI CASM