Table of Contents Table of Contents
Previous Page  32 / 96 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 32 / 96 Next Page
Page Background

32

Informaciones

Psiquiátricas

2019 - n.º

236

prolactina es inhibida por las neuronas do-

paminérgicas tuberoinfundibulares. La 5-HT

estimula la liberación de prolactina. Las

benzodiacepinas realizan su efecto a través

del receptor GABA, aumentando la acción de

este neurotransmisor (12).

Aunque las causas de elevación de la pro-

lactina pueden ser muchas, la más frecuente

es por uso de fármacos y, entre ellos, los

más importantes son los antipsicóticos. Ni-

veles muy elevados de prolactina suelen ser

causados por prolactinomas (tumor pituita-

rio) (13).

Los antipsicóticos típicos, convencionales,

de primera generación o clásicos, son anta-

gonistas de los receptores de dopamina. Se

incluyen en esta categoría: clorpromacina,

levomepromacina, flufenacina, tioridacina,

haloperidol, etc. Son fármacos eficaces para

tratar los síntomas psicóticos y la conduc-

ta agresiva. Producen efectos secundarios

frecuentemente, aunque en relación con la

dosis y diferente para cada fármaco: neuro-

lógico, sedante, hipotensor, metabólico, etc.

Los antipsicóticos atípicos, nuevos o de

segunda generación, bloquean no sólo los

receptores de dopamina sino también los re-

ceptores de serotonina y otros en algunos

casos: muscarínicos, histamínicos, etc. Se

incluyen: risperidona, clozapina, olanzapi-

na, ziprasidona, etc. Son fármacos eficaces

sobre los síntomas positivos y negativos de

la esquizofrenia, sobre los síntomas afecti-

vos, etc. Los efectos secundarios son meno-

res en líneas generales y su uso ha supuesto

un avance en el tratamiento (14,15).

Los fármacos antipsicóticos actúan blo-

queando los receptores D2 de la vía tube-

ro-infundibular de la hipófisis, provocando

un aumento de prolactina proporcional a la

ocupación de los receptores. El aumento de

la prolactina se inicia al comenzar el tra-

tamiento, se mantiene mientras continúe y

desaparece lentamente a la interrupción de

este. Este incremento es superior en las mu-

jeres, incluso recibiendo dosis más bajas de

antipsicóticos (16,17). Entre un 42-93% de

mujeres y un 18-72% de hombres en trata-

miento con antipsicóticos presentan hiper-

prolactinemia (18). En todos los trabajos,

las mujeres presentan cifras más elevadas de

prolactina (19).

Todos los antipsicóticos pueden producir

este efecto aunque el grado varía en función

de su grado de fijación a los receptores D2 e

interacciones con otros receptores diferen-

tes. En la práctica existen grandes diferen-

cias entre los fármacos.

Los antipsicóticos de primera generación

son los que más elevan la prolactina. La clor-

promazina actúa muy rápido y se mantiene

en el tiempo. El haloperidol causa elevación

de prolactina en el 72% de los sujetos. La

flufenazina también eleva la prolactina (20).

En los antipsicóticos de segunda genera-

ción existen grandes diferencias entre ellos

en este sentido, en función de la diferente

afinidad por los receptores 5HT2 y D2 y el

grado de penetrancia en la barrera hema-

toencefálica. Así, amisulpiride, risperidona y

paliperidona son los que más elevan la pro-

lactina. Amisulpiride hasta en un 90% de los

casos (21,22). Risperidona hasta en un 72-

100% de los casos. Olanzapina, quetiapina y

clozapina elevan muy poco la prolactina, o

lo hacen de forma transitoria y leve (23). Zi-

prasidona y sobre todo aripripazol no aumen-

tan la prolactina e incluso pueden bajarla

(24). Es interesante un reciente metaanálisis

que sitúa a paliperidona y risperidona como

los que más producen hiperprolactinemia y

aripripazol y quetiapina como los que menos

la elevan (25). Cuando se combinan ambos

tipos de antipsicóticos, el efecto del típico

predomina sobre el del atípico, aumentando

la prolactina (26).

E. González-Pablos / J.A. López-Villalobos / J.M. Valles-de la Calle / P. Paulino-Matos / F.J. García-Sánchez /

N. Miguel de Diego / I. Esquer-Terrazas / C. Martín-Lorenzo