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Informaciones

Psiquiátricas

2018 - n.º

234

a la importancia de identificar cuáles de los

cuidadores tienen riesgos para su salud, de

evaluar exactamente los aspectos relevantes

de su bienestar y de la experiencia de cui-

dado, revisando cuidadosamente qué instru-

mentos de medida serían los más adecuados.

Así mismo, la revisión llevada a cabo por Fai

y colaboradores (17) sobre intervención fa-

miliar en psicosis incipiente revela que las

intervenciones familiares, comparadas con el

tratamiento habitual, tienen efectos signifi-

cativos sobre la sobrecarga familiar, incluso

en seguimientos a 12 y 24 meses. Además se

observó una mejora en la utilización de los

servicios de atención formal, especialmente

un año después de la intervención.

La revisión sistemática de Shepherd-

Banigan (20) y colaboradores recoge las

investigaciones sobre intervenciones con

cuidadores familiares de personas afectas de

daño cerebral adquirido (DCA). Incluyen en

la revisión cualquier intervención dirigida al

apoyo del paciente con ayuda de la familia o

directamente dirigida a la familia (entrena-

miento en habilidades, educación sanitaria,

terapia familiar, información sobre el siste-

ma de salud, recursos comunitarios, soporte

social/emocional, soporte práctico en el día

a día y asistencia económica). Si bien no

obtienen efectos estadísticamente significa-

tivos mediante el meta-análisis en el estatus

funcional del paciente, sus síntomas psico-

lógicos o los del cuidador, sí observan que

la dirección de los resultados favorece a las

intervenciones, en lo relativo a calidad de

vida del paciente y sus familiares, mejora de

algunos síntomas de los propios pacientes y

disminución de la sobrecarga del cuidador.

Las guías de práctica clínica se hacen eco

también de la necesidad de abordar al fa-

miliar cuidador dentro del programa de in-

tervención del paciente. Por ejemplo, en la

guía de práctica clínica de intervenciones

psicosociales para el TMG (21), se consi-

dera como altamente recomendable ofrecer

programas de intervención psicosocial que

incluyan intervención familiar con compo-

nente psicoeducativo y técnicas de afronta-

miento y entrenamiento en habilidades so-

ciales, añadido al tratamiento estándar a las

personas con TMG y diagnóstico de psicosis

no afectivas. Se indica como recomendación

favorable ofrecer intervención familiar como

parte integrada del tratamiento y de forma

intensiva (al menos 6 meses y/o 10 o más

sesiones). Se recomienda en grado A la apli-

cación de programas de intervención familiar

para la reducción de la carga familiar, mejo-

ría del funcionamiento social del paciente y

disminución del coste económico en la guía

de práctica clínica sobre la esquizofrenia y

el trastorno psicótico incipiente (22). Está

especialmente recomendada para pacientes

de larga evolución, en familias que convi-

ven con los pacientes y que sufren recaídas o

sintomatología persistente. Se recomiendan

intervenciones de tipo psicoeducativo con

estrategias de desarrollo de habilidades, ba-

sadas en el manejo de la emoción expresada,

y de duración no inferior a los 6 meses. Siem-

pre que sea posible, se recomienda también

incluir al paciente en la intervención. En la

misma línea, la guía de práctica clínica sobre

la atención integral a las personas afectas

de enfermedad de Alzheimer y otras demen-

cias (23) indica como recomendación favora-

ble la aplicación de programas que combinen

el apoyo educativo, el apoyo emocional y la

facilitación de recursos como atención a los

cuidadores de personas con demencia para

disminuir su carga en la tarea de cuidar, así

como la ansiedad y la depresión.

Aunque todavía se requiere de más y mejor

investigación para demostrar su evidencia,

parece claro que la intervención con las fa-

milias cuidadores debe ser tomada en cuenta

Celia Mareca Viladrich