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Informaciones

Psiquiátricas

2018 - n.º

231

Obstáculos a la hora de integrar

la salud física y la salud mental:

Encuestas previas

Teniendo en cuenta el menor y peor uso

que los pacientes con TMG hacen de los ser-

vicios de salud se hace necesaria una aten-

ción especializada que tenga en cuenta las

dificultades de acceso de esta población y

sus necesidades particulares en cuanto a

cuidados integrados de salud física y salud

mental. Sin embargo, diversos estudios y

encuestas realizadas a médicos de cabece-

ra y profesionales sanitarios de los centros

de salud de otras comunidades autónomas,

ponen de manifiesto que existen obstáculos

que interfieren a la hora de integrar la salud

física y la salud mental. Estos obstáculos

tienen que ver con:

Dificultades en el manejo, percepción

de falta de formación y estigma.

Muchos

trabajos realizados han puesto de manifies-

to que existen actitudes negativas hacia el

enfermo mental no solo en población en

general sino también en los técnicos de sa-

lud (Ylla, L; Ozamiz, A; Guimón, J, 1982;

Díez Manrique, J; Menéndez Arango, J; Sa-

maniego Rodríguez, C; Vazquez Barquero, J;

Guillén, J; Lequerica Fuente, J; Liario Rin-

cón, A; García Quintanal, R; Peña Martín,

C, 1983). Concretamente en profesionales

sanitarios de algunos centros de Atención

Primaria a nivel nacional, la opinión hacia

los pacientes con enfermedad mental grave

recogida en estas encuestas muestra que, en

general “más que una actitud negativa ha-

cia el enfermo mental grave, hay dificulta-

des en el manejo por la percepción de falta

de conocimientos” (Arrillaga Arizaga M, et

al., 2004, p.495). En este sentido parece

que el paciente con TMG requiere un ma-

yor esfuerzo que otros pacientes y que en

ocasiones genera determinadas actitudes y

sensaciones en el profesional que suponen

una barrera para la atención, tal y como se

recoge en dos estudios donde se afirma que

muchos profesionales sienten tensión, an-

siedad, malestar y dificultades en general a

la hora de atender a los enfermos mentales

graves, o incluso que no les generan ningún

interés en particular (Camps García, C; Gris-

bert, C; Montilla, F; Gutierrez, J, 1995; Gual-

tero, R y Turek, L., 1999). Por otro lado, el

personal sanitario de atención primaria per-

cibe que tienen “insuficientes conocimien-

tos en psiquiatría” (Arrillaga Arizaga M, et

al., 2004, p.493), o que están “insuficiente-

mente formados en salud mental” (Ordoñez

Fernandez, M, 2008, p.203). En las encues-

tas realizadas se hace alusión también a la

motivación para participar en actividades

de formación, resultando que prácticamente

a todos los médicos de cabecera y profe-

sionales sanitarios de los centros de salud

encuestados demandan mayor formación en

salud mental para tener mejores habilidades

de manejo de estos pacientes en consulta.

Dificultades a nivel de coordinación en-

tre dispositivos.

Otro de los obstáculos o di-

ficultades que se observa a la hora de aunar

la salud física y la salud mental tiene que

ver con el enlace entre los distintos niveles

asistenciales. Parece existir en general un

consenso respecto a la insuficiente e insatis-

factoria coordinación entre los dispositivos

(ArrillagaArizaga M, et al., 2004; Gualtero,

R y Turek, L., 1999), destacando en todos

los casos un elevado interés y motivación

por mejorar e incrementar la relación y coor-

dinación entre AP y SM incluso en aquellos

encuestados que ya valoraban positivamen-

te la coordinación y relación con su Centro

de Salud Mental, proponiendo actividades de

formación y coordinación conjunta.

A la luz de los datos sobre el estado actual

de salud física en personas con TMG y las di-

Ainara Arroyo González