INFORMACIONES PSIQUIÁTRICAS 229 - page 33

Informaciones
Psiquiátricas
2016 - n.º 226
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irritabilidad que las personas con ictus de
mayor edad y con capacidad comunicativa
preservada.
Respecto a la agresividad, aunque en la
población sin discapacidad neurológica los
estudios hayan sido numerosos, los estudios
específicos en personas con ictus también
son reducidos.
En relación a la agresividad Aybeck y su
equipo
54
han mostrado una prevalencia del
17% en una muestra constituida por 254
personas con ictus. En este estudio los su-
jetos con ictus hemorrágico y sintomatolo-
gía depresiva muestran mayor agresividad.
Kim y su equipo
55
estudiaron la presencia de
agresividad en una muestra de 145 personas
después de 3 y 12 meses del ictus. Los re-
sultados muestran que el 32% de la muestra,
es decir, 47 sujetos presentaban agresividad.
Otro estudio indica que pacientes con afasia
presentan una probabilidad tres veces mayor
de presentar agitación que los pacientes sin
trastorno del lenguaje
14
.
En el estudio realizado por Keen-Loong y
su equipo
56
con una muestra de 92 sujetos
con ictus, se constata que 23 de los suje-
tos experimentales presentan agresividad,
principalmente agresividad verbal, es decir
el 25% de la muestra. Los sujetos que han
mostrado conductas de agresividad presen-
tan lesiones cercanas al lóbulo frontal. Los
resultados de este estudio, relacionan la
agresividad con mayor presencia de depre-
sión y ansiedad generalizada (GAD) y mayor
deterioro cognitivo.
Finalmente cabe señalar el impacto que
la irritabilidad y la agresividad generan
tanto en el paciente como en la familia.
Los sujetos con irritabilidad y agresividad
se benefician menos de la rehabilitación,
generan conflictos familiares, comprometen
su integridad física y la de quienes le rodean,
desencadenan elevados niveles de sobrecarga
en el cuidador, presentan mayores tasas de
aislamiento social y pueden llegar a precisar
de la institucionalización
49, 56, 55, 57, 58, 59, 60, 61
.
Apatía
Tradicionalmente la apatía, se ha definido
como la ausencia de iniciativa, la pérdida de
motivación, interés, emoción o energía
62
. Es
necesario señalar la importancia de la mo-
tivación para el funcionamiento adaptativo
del ser humano. La motivación es la capa-
cidad que nos permite iniciar y persistir en
nuestras respuestas para conseguir un obje-
tivo
63
. Van Reekum y su equipo
64
definen la
apatía como la ausencia de respuesta a estí-
mulos. Podemos definirla como la patología
de la voluntad. En su génesis intervienen las
alteraciones cerebrales por lesión estructural
o alteración neuroquímica que afectan prin-
cipalmente al sistema dopaminérgico.
La apatía puede afectar a la conducta
(disminución en la productividad, la iniciativa
y el esfuerzo), la cognición (disminución de
pensamientos y planificación, “mente en
blanco”) y la emoción (aplanamiento afectivo
e indiferencia emocional) de forma aislada
o a varias esferas simultáneamente
65,
60,
66,
67
.
Por ello, su diagnóstico requiere de una
exhaustiva valoración que incluya las tres
esferas
66
, siendo éste el único método
para diferenciar correctamente la apatía
cognitiva, la apatía motora y la apatía
afectiva.
La prevalencia de la apatía en pacientes
con ictus varía entre el 11%-55% en fun-
ción de los estudios
24, 68
. Starkstein y cols
69
encontró que el 11% de los 80 sujetos de
su estudio muestra apatía. A su vez, existen
estudios que asocian la apatía con la pre-
sencia de depresión. Angelelli y su equipo
14
encuentra que el 27% de los 124 sujetos con
ictus estudiados muestra apatía frente al
ALTERACIONES PSICOPATOLÓGICAS TRAS EL ICTUS
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