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Informaciones

Psiquiátricas

2019 - n.º

236

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Los niveles elevados de PRL tienen un

efecto inhibitorio sobre la secreción de la

hormona liberadora de gonadotropina en

hipotálamo, que se traduce en disminución

de la hormona luteinizante en la hipófisis y

disfunción gonadal secundaria, es decir dis-

minución de estrógenos en mujeres y testos-

terona en hombres. Este hipogonadismo va a

ser la causa de los problemas de salud más

importantes (27).

En mujeres puede producir, con una pre-

valencia variable: galactorrea, irregularidad

menstrual, infertilidad secundaria, hirsutismo

y acné. En hombres, con menos prevalencia:

infertilidad, ginecomastia, galactorrea, des-

censo de masa muscular y vello corporal. En

ambos sexos, la disfunción sexual está presen-

te entre el 30 y 60% de los pacientes (28).

Los estrógenos regulan la formación y re-

absorción óseas y, en casos de hipogonadis-

mo, se produce pérdida de tejido óseo. Tam-

bién existen receptores de prolactina en los

osteoblastos, por lo que se cree que la pro-

lactina actúa sobre la mineralización ósea.

La afectación de la densidad mineral ósea

(DMO) supone un riesgo elevado de fracturas

(29,30). En algún estudio observaron una

reducción dela densidad mineral ósea y se

estima que a partir de los 8 años de trata-

miento antipsicótico con prolactina elevada

puede haber riesgo de osteoporosis (31). Se

aumenta el riesgo de fracturas hasta en 2.6

veces a la población general (32). Pero es

necesario tener en cuenta que intervienen

muchos más factores: dieta, vitamina D, cal-

cio, sedentarismo, exposición solar, diabe-

tes, tratamiento con corticoides, etc.

Algunos autores sugieren la posibilidad de

que la hiperprolactinemia puede aumentar

el riesgo de cáncer de mama y de próstata.

Otros indican un aumento del riesgo cardio-

vascular, efectos metabólicos, incremento de

peso, enfermedades autoinmunes, etc. (33).

Todas las guías de uso de los antipsicóticos

han ido incorporando mecanismos de control

y recomendaciones (34,35). En España exis-

te un consenso sobre la salud física del pa-

ciente con esquizofrenia que recomienda de-

terminar la prolactinemia anualmente (36).

Todas las guías, ante un caso de paciente en

tratamiento con antipsicótico con síntomas

de hiperprolactinemia, coinciden en que es

necesario solicitar niveles de prolactina y

actuar en consecuencia. Existen dos recien-

tes publicaciones sobre el tema (26,33) con

recomendaciones precisas.

Como los efectos de la elevación de la

prolactina son variados, silentes en algunos

casos, de manifestación clínica diversa y a

veces muy tardía, es precisa una actitud ac-

tiva de búsqueda por parte de los terapeu-

tas. Además las personas con DI son una

población de riesgo porque, por su estado

de funcionamiento, tienen unos recursos

cognitivos más bajos y una capacidad de

introspección y autoanálisis más limitada,

siendo muy difícil en la práctica que exista

una demanda individual especifica por una

alteración clínica en este sentido. Por todo

ello nos parece de interés el apoyo al diag-

nóstico precoz de la hiperprolactinemia que

puede aportar el presente trabajo.

Objetivos

Estudiar el tratamiento psicofarmacológico

que sigue una población de personas con DI

y alteración de la conducta, ingresadas en

un centro residencial.

Estudiar el nivel de prolactina en una po-

blación de personas con DI en relación con

el tratamiento psicofarmacológico.

Conocer el nivel de prolactina de las per-

sonas con DI estudiadas con cada grupo de

psicofármacos y con cada antipsicótico.

HIPERPROLACTINEMIA INDUCIDA POR PSICOFÁRMACOS EN PERSONAS CON DISCAPACIDAD

INTELECTUAL INGRESADAS EN UN CENTRO RESIDENCIAL